Ingenieros y científicos de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, han publicado en la revista Joule los resultados de una nueva investigación para evitar que los smartphones exploten.

Pese a que suelen ser casos aislados, el material químico orgánico que componen los electrolitos de las baterías de ión de litio (las típicas de los smartphones), puede llevar a un smartphone a explotar, si excede cierta temperatura. Por ello, la solución de este grupo consiste en la utilización de agua, en lugar de compuestos orgánicos.

Según los investigadores, han conseguido que el agua genere una energía equivalente a la que ofrece el material orgánico. Así, el smartphone tiene la energía necesaria para funcionar correctamente, y a su vez, es mucho más seguro, pues lógicamente, el agua no arde.

Pero no es oro todo lo que reluce. Estas baterías tienen un gran problema, y es que de momento, tienen una esperanza de vida de solo 70 ciclos de carga. Esto es muy poco, pues supondría cambiar de batería cada pocos meses. Ahora, está por ver si consiguen encontrar una solución.