Bill Gates tiene una espina clavada con la telefonía móvil

Una entrevista al mandamás de Microsoft nos enseña cómo ciertas decisiones pueden quedarse en nuestra conciencia durante décadas.

Bill Gates tiene una espina clavada con la telefonía móvil

Todas las compañías han pasado por momentos de críticas decisiones, que han afectado a parte de su negocio, aunque la diversificación de actividades, hoy en día, permite que las grandes empresas no caigan en dichos momentos. Microsoft, comandado por Bill Gates, también tuvo que ceder terreno en el mundo de los smartphones y de ello habla su jefe en una entrevista.

O todo o nada

Parece que el bueno del señor Gates ha decidido sincerarse y, gracias a la información obtenida en el medio de comunicación The Verge, hemos podido conocer sus impresiones acerca de Android y Windows Phone. Bill cree, como así sucede en realidad, que el mercado de los sistemas operativos para teléfonos móviles está polarizado. Por un lado tenemos aquellas personas decididas a utilizar iOS y, por otro lado, quienes no quieren utilizarlo. Google entendió perfectamente esto y se posicionó, con Android, como la alternativa más interesante frente a Apple. Microsoft, como sucede en el ámbito de la informática, cree que ellos deberían haber sido los triunfadores.

Bill Gates se arrepiente de no haber tenido una correcta visión del futuro móvil

Steve Ballmer, quien por la época de la irrupción del primer iPhone no creía que este tendría futuro, debido a su interfaz táctil y la falta de un teclado físico, pudo ser el desencadenante del fracaso de Microsoft en la telefonía móvil. A raíz de esto, Bill Gates, en la entrevista que puedes ver en el vídeo que te dejo sobre estas líneas, asegura que:

En el mundo del software, hablamos de mercados donde el ganador se lo lleva todo. Así que el mayor error que cometimos fue una mala administración, que provocó que Microsoft no sea lo que es Android, el estándar de las plataformas de móvil no-Apple. Era una cosa natural que Microsoft tendría que haber ganado. Si estás ahí con la mitad de aplicaciones o un 90% de ellas, estás condenado. Hay hueco, exactamente, para un sistema operativo no-Apple. ¿Cuánto cuesta? 400.000 millones, que serían transferidos de la compañía G a la compañía M.

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