Cómo le afecta a tu cuerpo que estés todo el día delante de una pantalla

Desde hace varias décadas, las pantallas forman parte de nuestro día a día. La televisión ocupó el eje principal de nuestro entretenimiento en buena parte del siglo XX, pero parece que han quedado relegadas a un segundo plano tras la aparición de otras plataformas tales como las que acompañan al ordenador o las que equipan nuestros terminales móviles.

Echando un rápido vistazo a lo que hicimos en el día de ayer, es muy probable que puedas contabilizar cómo son varias las horas que pasaste frente a este aparato luminoso. Ya sea por ocio o por motivos de trabajo, lo cierto es que hemos incrementado de forma exponencial nuestra exposición a estos elementos. ¿Somos conscientes de lo que esto genera sobre nuestro cuerpo?

Con el paso del tiempo, esta actividad puede llegar a tener una especial incidencia en nuestro cuerpo. Tanto es así que ya son muchos los estudios que han demostrado cómo la aparición de ansiedad u otras conductas han tenido especial relación con el manejo de las pantallas. Su utilización, conviene recordar, debe ser moderada para evitar todo aquello que te mencionamos a continuación.

La aparición de trastornos ha tenido un especial interés a medida que se ha incrementado el uso de las pantallas en nuestras vidas. Es importante destacar cómo se ha producido una brecha especialmente en la última década. La aparición de la era del smartphone ha supuesto una revolución, hasta el punto de contar con innovaciones de gran calado en el sector.

Veamos, por tanto, qué repercusión puede tener en nuestro organismo, el hecho de abusar de las pantallas que tenemos a nuestro alrededor. ¿Sabías que la media estadounidense puede pasar hasta 7 horas del día delante de una televisión? Estas son algunas de las consecuencias de la realización de esta actividad.

Qué consecuencias tiene sobre el cuerpo el abuso de las pantallas

Tal y como cabría esperar, la primera consecuencia está relacionada con la visión. Según afirma el estudio que se observa en las imágenes, el 58% de la población que abusa de las pantallas experimenta visión borrosa, o dolores de cuello, espalda o de cabeza. Ahora bien, ¿creías que estos eran los únicos focos negativos que provoca el uso prolongado?

El segundo problema que surge está relacionado con la calidad del sueño a través de la regulación de la melatonina. Al parecer, esta hormona es producida, principalmente, por la noche durante la oscuridad. El uso de las pantallas hasta momentos antes de dormir puede provocar alteraciones en su segregación. El problema radica en que esto tiene una especial incidencia en el ritmo circadiano.

El uso de pantallas de forma considerable puede tener incidencia en el desarrollo de los niños. Tal y como se aprecia en las imágenes, la corteza cerebral puede verse modificada en función de los estímulos que recibe el órgano por dichos aparatos electrónicos. Teniendo en cuenta que este área se encarga del análisis de los sentidos, conviene destacar su incidencia.

Estos estudios vienen a significar la importancia del reto que tenemos ante nosotros. ¿Conviene limitar la estandarización de las pantallas? En base a múltiples estudios, todo parece indicar que habría que reducirse el número de horas que pasamos delante del ordenador, de la tablet o de nuestro smartphone. Aun así, ¡a ver quién es el primero que lo consigue!

Ideas contrapuestas en el ámbito de la educación

La etapa educativa es una de las más destacadas que tienen influencia en el desarrollo como personas. En este sentido, ¿debería fomentarse el uso de las pantallas en las aulas o seguir apostando por el empleo de los materiales tradicionales? He aquí la pregunta más repetida en los últimos años en cuanto a innovación en los colegios. Tú, ¿por qué modelo apostarías?

El uso de tablets en la escuela está creciendo de forma exponencial. <a href="https://www.milenio.com" rel="nofollow" target="_BLANK">Milenio</a>

Como suele ocurrir en estos casos, hay seguidores y detractores de ambas propuestas. Entre los argumentos que están a favor de la disposición de tablets cabe destacar la familiaridad que tienen los alumnos con los dispositivos electrónicos y el hecho de evitar la tala de árboles para la generación de libros de papel.

En cambio, seguir con el modelo convencional está ligado con una menor problemática para la vista de los niños al ser un grupo de riesgo y evitar la exposición continuada a las pantallas. En este sentido, ya has podido ver los efectos negativos que se derivan de la apuesta de la segunda alternativa. ¿Cuál escogerías para tus hijos?

Es importante tomar conciencia de un problema que está adquiriendo relevancia a medida que proliferan los problemas relacionados con la visión y demás dolencias de otros campos de la salud. ¿Estamos ante una enfermedad invisible completamente evitable?