Crean una inteligencia artificial para detectar los vídeos denominados deep fake

En plena era de la digitalización y popularización de redes sociales, las noticias falsas se han convertido en uno de los instrumentos más destacados para engañar a la población. La también conocidas como fake news son un gancho para conseguir, por ejemplo, el apoyo de una mayoría o la contribución al voto en un proceso electoral.

La candidatura del actual Presidente de los Estados Unidos o el apoyo durante las últimas semanas en el conocido movimiento Brexit, son algunos de los ejemplos que sirven para demostrar el papel que está teniendo el canal digital en las decisiones políticas. ¿Deberían las grandes compañías lidiar con esta nueva costumbre? Algunas empresas como Facebook ya están trabajando en ello.

Algunos organismos venidos el erario público, tales como la asociación DARPA, también están realizando una fuerte apuesta para acabar con las habladurías que se difunden en la red. Es importante recordar que esta organización está próxima al aparato innovador del ejército de los Estados Unidos, lo cual viene a colación de los importante que se ha vuelto este tema en términos de seguridad.

A consecuencia de la aparición generalizada de vídeos conocidos como deep fake, se ha investigado cómo lograr una apreciación sobre su fiabilidad y, por su puesto, autenticidad. Esto ha llevado a unos investigadores a la culminación de un proyecto que ha logrado una tasa de acierto de un 92%, tal y como se puede leer en el medio de comunicación The Washington Post.

Veamos cómo ha sido posible la maquetación de esta inteligencia artificial, cuáles son sus posibilidades reales en el mercado y por qué será una fuente prioritaria a la hora de analizar los vídeos que han sido manipulados. ¿Llegará el momento en el que la realidad supere a la ficción y sea prácticamente imposible detectar si una información es real a través de estos mecanismos?

Una inteligencia artificial pensada para acabar con los bulos

Hasta hace un tiempo, los bulos solamente aparecían en formato texto, pero esto ha ido a un nuevo nivel. En la actualidad, es posible modificar vídeos para favorecer a una u otra posición. Google y DARPA, 2 de los organismos más interesados en acabar con esta serie de prácticas, han contribuido al proyecto Protecting World Leaders Against Deep Fakes mediante inversiones monetarias.

La base de este programa de investigación se ha centrado en la gesticulación y la forma de hablar de algunas de las personas más influyentes en la actualidad. El análisis de vídeos comunes es lo que permite trazar una idea inicial sobre su particular método de comunicación. Dicho de otro modo, podría decirse que estos atributos son parecidos a la huella dactilar o al iris, es decir, únicos.

El algoritmo consigue recopilar expresiones faciales y movimientos involuntarios con el objetivo de detectar si es posible compatibilizar un clip de vídeo con unas declaraciones efectivamente realizadas por dicha persona. El tratamiento de la imagen permitirá desenmascarar si se ha producido una alteración basada en la edición.

Para someter al estudio esta tecnología de nueva factura, se ha recurrido a montajes producidos por los propios investigadores. Tal y como se puede observar en las imágenes anteriores, se ha conseguido establecer un patrón común.

Un desarrollo diseñado para entrar en escena en el medio plazo

Pese a que esta innovación está especialmente diseñada para entrar en escena en el corto plazo, su eficiencia no es lo suficiente como para servir de herramienta. Por ello, se espera que continúe el trabajo a lo largo de los próximos meses con el objetivo de formalizar su utilidad. No obstante, cabe destacar que los productores de estos vídeos también mejorarán sus versiones.

Estos sistemas de reconocimiento tendrán un papel fundamental en una nueva oleada de vídeos manipulados que está por llegar. La inclusión de estas medidas permitirá al público conocer la veracidad de una información determinada. ¿Estamos ante el fin de las denominadas fake news y opciones similares? Combatir este problema se ha convertido en un asunto prácticamente de estado.

La exposición pública que sufre mucha gente por tener una vinculación pública sirve de material para individuos que no dudan en tratar las imágenes de la forma que mejor les convenga. En este sentido, es necesaria la actuación de este tipo de sistemas para acabar con un dilema que puede llegar a ser muy peligroso.

Habrá que esperar, por tanto, unos meses más, para conocer la funcionalidad de esta inteligencia artificial y ver cuáles pueden llegar a ser sus posibilidades de éxito en el medio plazo. Mientras tanto, habrá que recurrir a organismos que ya han comenzado a aparecer para contrastar la información que surge en la red.