Si quieres estar en forma, tienes que andar mucho más de lo que crees
Ya sabes que andar es bueno para tu salud, ¿pero cuánto? ¿Hasta que punto influye la actividad física en el desarrollo de enfermedades cardíacas?

Si te ha tocado hacer una rutinaria revisión médica, seguramente hayas tenido que pasar por la báscula, que te tomen la tensión y te hagan el clásico interrogatorio sobre tus hábitos de vida: "¿Fumas? ¿Con qué frecuencia bebes alcohol? ¿Haces deporte". En esos momentos no nos queda más que poner nuestra mejor cara y sonriendo asegurar que efectivamente, nuestra vida es bastante saludable. En nuestro interior nos prometemos a nosotros mismos que dejaremos de pedir ese último cubata y saldremos a correr aunque haga frío.
Andar es bueno para la salud, pero debes andar mucho más de lo que lo haces
Una de las consignas más típicas de los médicos es la de andar. Y es que en teoría, si todos andásemos 10.000 pasos al día, nuestra salud se vería beneficiada. Esa extendida creencia tiene su origen hace 70 años, cuando un estudio del London Transit Workers recopiló los datos cardíacos de los trabajadores de los autobuses de Londres revelando que gracias a pasarse el día yendo y viniendo por los pasillos de sus vehículos, habían reducido el riesgo de enfermedades cardiovasculares mucho más que los conductores.
Este estudio, pionero en los hábitos de vida saludable en contra del sedentarismo reinante, caló rápidamente en todos los estamentos sociales y desde entonces muchas personas salen cada día a andar, independientemente de su edad.
Necesitas mucha más actividad de lo que se creías
Pero una nueva investigación publicada por el New York Times acaba de echar por tierra esa máxima asegurando que son insuficientes y que al menos debemos caminar 15.000 pasos. Y es que ya se sabe que debemos hacer ejercicio, la clave es cuánto es necesario para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El nuevo estudio, que este mes ha visto la luz de forma íntegra en el International Journal of Obesity, un grupo de científicos de la University of Warwick, en el Reino Unido, decidieron actualizar el informe de 1953 examinando a más tipos de empleados que también andan lo suyo. Concretamente, los carteros de Glasgow.
Como en otras muchas partes del planeta, los empleados del servicio postal de Glasgow recorren sus respectivas zonas a pie y pasan varias horas al día de pie. Sin embargo, si trabajas en la oficina de correos, las posibilidades de moverte son mucho menores. ¿Cómo afectará esto a su salud? El brutal contraste entre los carteros y los trabajadores de oficina reveló nuevas cotas de relación entre actividad y salud.
Para realizar la investigación, se captaron a 111 trabajadores del servicio postal, tanto hombres como mujeres, comprendidos entre los 40 y los 60 años. En teoría, ninguno de ellos había padecido del corazón, si bien alguno contaba con antecedentes familiares.
Se procedió a medir su masa corporal, perímetro de cintura, niveles de azúcar en sangre y colesterol. Todos ellos indicadores de enfermedades cardíacas, en caso de encontrarse en valores altos.

Los trabajadores de Correos que caminan en su trabajo están más sanos. La gallina
El estudio en sí es bastante sencillo: se les proporcionó un gadget que registraba su actividad durante una semana completa, las 24 horas del día y los 7 días de la semana, tanto en el trabajo como en el hogar. Tras recopilar los datos, se determinaron cuántas horas pasaban andando al día y cuántas sentado.
Huelga decir que las variaciones entre unos y otros eran considerables. Mientras que algunos trabajadores se pasaban 15 horas diarias con su culo pegado en una silla, otros apenas se sentaban durante toda su jornada laboral.
Ahora solo había que cruzar ambos datos: los parámetros medidos en el control de salud y sus pasos diarios. ¿Repercutirá en su salud? Obviamente sí: los que tenían el azúcar o el colesterol más altos eran los que pasaban más horas sentados. Incluso aunque no contasen con antecedentes familiares o fueran mayores. En resumen: lo que más afecta a la hora de enfermar del corazón son nuestros hábitos de vida, no factores inherentes.
Todo apunta a que lo mejor que podemos hacer por nuestra salud es levantarnos de nuestros despachos o sofás y movernos mucho más de lo que lo hacemos. El investigador que ha dirigido el estudio, Dr. William Tigbe, lo explica así:
Cuesta, pero podemos hacer 15.000 pasos al día andando un par de horas al día. Podemos hacerlo poco a poco: cuando nos levantamos, ir al trabajo, de vuelta a casa... Nuestro metabolismo no está adaptado para una vida tan sedentaria.
¿Da lo mismo 10.000 pasos que 15.000 pasos?
Esto presenta una gran ventaja: si queremos reducir la posibilidad de enfermedades cardiovasculares, aunque tengamos antecedentes o seamos mayores, solo tenemos que incrementar nuestra actividad física. Si estamos sentados más de cinco horas al día, por cada hora que se sobrepase, se aumenta un 0,2 % las probabilidades de desarrollar trastornos cardíacos. La solución es simple: estar de pie y caminar.
Cuanto más andes, menos riesgo tendrás de padecer enfermedades cardíacas
Pero obtendremos más beneficios conforme más actividad realicemos. Aquellos carteros que caminaban más de tres horas al día, superando los 15.000 pasos, generalmente tenían la masa corporal, metabolismo y perímetros normales.
Obviamente, este estudio tiene sus limitaciones. Los investigadores solo controlaron a los voluntarios durante una semana y no tuvieron en cuenta las décadas posteriores, con lo cual no se puede saber quiénes desarrollaron enfermedades cardíacas. Lo único que deja claro el estudio es la asociación entre actividad y reducción de riesgo.