Los planetas se formaron armónicamente, y no mediante colisiones

Arrokoth, el cuerpo celeste más primitivo que hemos visitado, nos ha mostrado que los planetas del sistema solar podrían haberse formado por procesos armónicos, en vez de por colisiones.

Los planetas se formaron armónicamente, y no mediante colisiones
Por E RG en Ciencia

Hasta ahora se pensaba que los planetas se habían formado por medio del caos: dos asteroides se chocan, uniéndose y formando un cuerpo más grande. El proceso comienza con el polvo cósmico, formándose guijarros y objetos más grandes debido a choques. Eventualmente, se producirán colisiones hasta formarse planetesimales, que abarcan desde 1 hasta 10 kilómetros de diámetro. Y, después de otras colisiones, se forman los asteroides. Y, básicamente la acumulación de planetesimales ha formado los planetas sólidos del disco interior de la Tierra tal y como los conocemos.

O esa esa la teoría más apoyada, hasta ahora. Esta teoría se llama acreción jerárquica y ahora está siendo desafiada. La nueva teoría que está rompiendo los esquemas no es nueva, en cambio: se trata de una teoría lanzada hace 15 años, por un entonces estudiante de un doctorado en física. Hablamos de Anders Johansen, un profesor universitario que, hace un lustro y medio desafió la teoría de la acreción jerárquica.

Los planetas se formaron armónicamente, y no mediante colisiones

Cinturón de Kuiper, el origen de los planetas del Sistema Solar

Según Johansen, los planetas no se habían formado tras colisiones caóticas, sino tras todo lo contrario: el origen de los planetas es algo armónico. Según su teoría, los planetas se formarían a partir de polvo cósmico girando alrededor de una estrella joven. A medida que el polvo cósmico se va juntando por su propia gravedad, va creciendo, dando origen a los planetas.

Pero, ¿cómo hemos pasado de pensar en colisiones catastróficas, a pasar a pensar que todo ha sido compuesto por un proceso armonioso? El punto de inflexión es Arrokoth, conocido anteriormente como Ultima Thule, un asteroide situado en el cinturón de Kuiper, más allá incluso de Neptuno. Kuiper fue, según la teoría más aceptada hasta ahora (la acreción jerárquica), el cinturón de polvo estar que originó todos los planetesimales que posteriormente formarían los planetas.

En Kuiper se mantienen los restos primigenios de la creación de nuestros planetas

Es decir, que si conseguimos estudiar estos restos, que se supone que son los que permitieron la formación de los planetas actuales, conseguimos averiguar más cosas sobre cómo se formó la Tierra y los otros planetas. Sería como poder volver a estudiar la Tierra en sus muy lejanos orígenes.

Una reliquia del cinturón de Kuiper que ha roto nuestros esquemas

Arrokoth es actualmente el objeto celeste más primitivo y lejano con el que la tecnología humana se ha topado. Fue encontrado el 1 de enero de 2019 por la sonda New Horizons, y recopiló valiosos datos del mismo a solo unos 3500 kilómetros de distancia de este. Está formado por dos lóbulos que se unieron de forma pasífica. No hay muestras de ninguna colisión, ni grietas ni roturas: dos planetésimos se unieron pacífica y lentamente dando lugar a Arrokoth.

Los planetas se formaron armónicamente, y no mediante colisiones

Arrokoth, el asteroide más primitivo y lejano contactado por tecnología humana

Arrokoth fue formado por dos planetesimales que se unieron de forma lenta y completamente pacífica

El resultado, es un asteroide con forma que nos recuerda a un muñeco de nieve unido por un cuello. Este primitivo cuerpo celeste, por lo tanto, ha roto todos los esquemas que teníamos hasta ahora sobre la creación de planetas.

El diámetro de este primitivo asteroide es de aproximadamente 33 kilómetros y la sonda de la NASA no se lo encontró de casualidad, sino que desde 2014 era objeto de estudio. La New Horizons iba a pasar cerca de su trayectoria y se decidió estudiarlo. Tiene un periodo orbital de unos 293 años y se formó aproximadamente hace unos 4000 millones de años.

Este estudio publicado ha sido muy importante, puesto que Arrokoth presenta cráteres en su superficie. Esto significa que su superficie ha sido inalterada durante el paso de los miles de millones de años. Se trata de un objeto genuinamente primitivo que aún sigue conservándose.

No obstante, esta teoría podría no invalidar la acreción jerárquica: las dos teorías podrían convivir al mismo tiempo, o al menos de un cierto modo. Y es que, esto no elimina la posibilidad de que la Luna se haya formado a través de una colisión de un gran asteoride con nuestro planeta. Y, de hecho, aún incluso tras estos nuevos estudios, se sigue pensando.

Aunque hay evidencia de colisiones más rápidas en el sistema solar interno más tarde, como cuando la Luna se formó a partir de un gran objeto que golpeó la Tierra, este trabajo muestra que interacciones mucho más lentas y dignas fueron importantes y comunes en la historia más temprana del sistema solar

Anders Johansen, quien propuso esta teoría hace 15 años, se muestra impresionado en una entrevista hecha por la BBC. Y, afirma, él mismo tenía serias dudas sobre su propia teoría. «Pensé que estaba equivocado porque era un resultado muy nuevo. Recuerdo que pensé que había un error en mis cálculos [...] Ahora es muy bueno saber, 15 años después, que hay una observación en el sistema solar que apoya esta teoría y que no habíamos cometido ningún error».

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