El avión supersónico de la NASA calienta motores de cara a su primer vuelo
La agencia espacial norteamericana podría hacer despegar al ingenio aeronáutico este mismo año.

Los aviones con motores de reacción no son tan habituales en los cielos de nuestro planeta, aunque su tecnología se viene utilizando desde la década de los años 40 del siglo pasado. Algunas entidades, como el Jet Propulsion Laboratory, se iniciaron en el campo de los motores a reacción para cohetes y dado que la NASA es su responsable, no cabe duda de que el avión que te presentaremos ahora estará construido con la experiencia otorgada por años de investigación.
Reactores de la NASA para surcar el cielo de nuestro planeta
De sobra es conocida la amplia variedad de acuerdos con los que la NASA impulsa su actividad en diversos sectores y Lockheed Martin es una de las compañías habituales de la organización norteamericana. En este caso, según lo publicado en la página web de la NASA, la empresa privada, a través de Skunk Works, su programa de desarrollo avanzado, habría conseguido fabricar el avión supersónico que puedes ver en el tuit que te mostramos bajo estas líneas y que cuenta con un factor diferencial al resto de aeronaves similares.
Our X-59 is on the move!
— NASA Armstrong (@NASAArmstrong) July 7, 2023
Making excellent progress through system checkouts, the quiet, supersonic X-59 has moved from its production area to the flight line.
Here, we'll begin a series of ground tests to help ensure the X-59 is ready to fly!
🔗: https://t.co/hRGiQr9oka pic.twitter.com/XkkX93VqvV
Y es que, aunque en su momento el Concorde fue utilizado como avión de pasajeros y era capaz de romper la barrera del sonido, pocos de estos ingenios han podido surcar el cielo sin que las personas en tierra firme no sufran los estragos del golpe sónico provocado al superar esos 340 metros por segundo, que sería la velocidad a la que el sonido viaja en un medio como el aéreo.
El modelo X-59 podría ser el primero creado en colaboración con Lockheed Martin, estando preparado para volar más rápido que el propio sonido, superando las velocidades basadas en el número Mach, que marca cuantas veces se supera la barrera del sonido. Sin embargo, lo que hará especial al avión supersónico de la NASA es que está ideado para amortiguar el golpe sónico que te hemos comentado anteriormente.
Esto es algo fundamental para poder mantener una convivencia armónica en aquellos lugares por los que este tipo de naves supersónicas quieran transitar, dado que superando la barrera del sonido, el estruendo puede desencadenar problemas de diversa índole. Cuando, a finales de año, el X-59 comience sus pruebas, éstas se realizarán en diferentes localizaciones de Estados Unidos, con el fin de recabar información acerca de la respuesta física y mental de sus habitantes mientras la aeronave surcaba el cielo.
De hecho, estos datos serán de gran utilidad, tanto para la administración norteamericana como para administraciones de organismos internacionales, con el fin de poder, algún día, volver a rescatar los vuelos supersónicos para pasajeros. Y es que hay que recordar que el Concorde establecía la posibilidad de viajar entre París y Nueva York en apenas tres horas y media, cuando habitualmente el trayecto conlleva más de 8 horas de vuelo. ¿Estamos ante la siguiente revolución de la industria aeronaútica?
