El oro puede ser fabricado en un laboratorio, pero hay un problema en el proceso

El oro es uno de los minerales más valiosos que existen en el planeta Tierra y el ser humano lo ha estado explotando durante siglos para su propio beneficio

El oro puede ser fabricado en un laboratorio, pero hay un problema en el proceso
Monedas y lingotes de oro en un pequeño montón
Publicado en Ciencia

Desde tiempos inmemoriales, la búsqueda de la piedra filosofal ha cautivado la imaginación humana. Los alquimistas soñaban con transformar elementos comunes en metales preciosos, siendo el oro el objetivo supremo. Esta ambición, vista durante siglos como pura fantasía mística, representaba el deseo de dominar la materia a un nivel fundamental y alcanzar la riqueza ilimitada a través de la transmutación.

Aunque la alquimia como disciplina se disipó con el avance de la ciencia, la idea de transmutar elementos ha permanecido en el ámbito científico. La física nuclear moderna reveló la estructura atómica y la posibilidad teórica de cambiar la identidad de un átomo alterando su núcleo. El universo mismo nos muestra ejemplos de esta transmutación en eventos cósmicos cataclísmicos, donde se forjan elementos pesados.

Hoy, la ciencia ha logrado dar pasos concretos que, en cierto modo, materializan aquel antiguo anhelo. No con pociones mágicas, sino a través de procesos complejos y energéticamente muy demandantes. La capacidad técnica para crear oro en un laboratorio ya no pertenece solo al reino de la especulación teórica, sino a la experimentación, aunque con limitaciones cruciales.

Producir oro en laboratorio: un logro científico con un coste astronómico

La respuesta corta es sí, los científicos pueden fabricar oro. Esto se basa en la comprensión de que cada elemento químico se define por el número de protones en el núcleo de sus átomos. El oro, con su número atómico 79, puede obtenerse teóricamente añadiendo o quitando protones a átomos de elementos cercanos en la tabla periódica, como el platino (78 protones) o el mercurio (80 protones), según apuntan desde IFLScience.

Lograr esta transmutación no es trivial debido a la gran estabilidad del átomo de oro. Requiere alterar el núcleo atómico mediante reacciones nucleares de alta energía. Por ejemplo, se ha demostrado que bombardear mercurio con neutrones puede producir isótopos de oro (aunque radiactivos al principio), al igual que añadir un protón a átomos de platino mediante procesos nucleares adecuados para cambiar su identidad atómica.

https://x.com/EslariusdelEsla/status/1942178474778673632

Otra vía explorada implica el uso de potentes aceleradores de partículas. En instalaciones avanzadas, se han generado pequeñísimas cantidades de oro al colisionar núcleos de elementos más pesados, como el plomo o el bismuto. Estas colisiones extremadamente energéticas pueden arrancar o añadir los protones necesarios para 'fabricar' átomos de oro a partir de otros elementos con éxito a nivel nuclear.

Sin embargo, aquí reside el gran obstáculo y el motivo por el que no veremos minas de oro sintético. Todos estos métodos requieren una inversión energética y tecnológica colosal. Los procesos son increíblemente ineficientes; se necesita gastar millones, o incluso miles de millones, de dólares en energía y equipos sofisticados (como aceleradores de partículas o reactores nucleares) para producir una cantidad de oro que, en términos económicos, valdría apenas unos pocos dólares. Es un logro científico fascinante, una demostración de la capacidad humana para manipular la materia a nivel fundamental, pero está muy lejos de ser una alternativa viable a la extracción de oro natural tal como la conocemos hoy.

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