El terrible accidente de Air India reaviva las preocupaciones sobre el Boeing 787 Dreamliner: ¿es seguro este avión?
Una tragedia en el país asiático reabre las sospechas sobre la integridad estructural de la aeronave

La catástrofe del vuelo AI171 de Air India, que se estrelló tras despegar de Ahmedabad con 242 personas a bordo, no solo deja un reguero de dolor en tierra firme, sino que también resquebraja, quizá de forma irreversible, la reputación del avión que Boeing lleva años promocionando como su joya de la corona: el 787 Dreamliner. ¿Estamos seguros viajando en este coloso de los cielos?
El vuelo que remueve los cimientos de Boeing
Por ponerte en situación, por si no has escuchado los pormenores del incidente mortal, el avión, que se dirigía hacia Londres, impactó contra un edificio del área de Meghani Nagar apenas minutos después del despegue. Estamos hablando del primer accidente mortal de un modelo 787-8 desde su estreno comercial, el cual ha obligado a las autoridades indias a abrir una investigación exhaustiva. Sin embargo, mientras se recogen los restos del fuselaje, otras piezas van encajando y son familiares.
Por ejemplo, el ingeniero Sam Salehpour, un antiguo trabajador de Boeing, lleva años alertando de fallos estructurales en este modelo. Este hombre denunció en 2024, ante la Administración Federal de Aviación, que Boeing habría ignorado procedimientos críticos en el ensamblaje del fuselaje, dejando microgrietas y espacios mal sellados que, con el tiempo, comprometerían la resistencia del avión. Aseguró, además, haber visto operarios saltando, literalmente, sobre piezas del avión para forzarlas a encajar.
Como podrás imaginar, este es un método más propio de un mueble barato de Ikea, que de una máquina que transporta cientos de vidas a más de 10.000 metros de altitud. La compañía respondió con firmeza que el Dreamliner es seguro, pero la Administración Federal de Aviación continuó su investigación, según la información publicada en Interesting Engineering. El Congreso estadounidense escuchó todos los puntos de vista, pero parece que todo se ha vuelto a poner encima de la mesa.
En lo que va de año, se han documentado cinco incidentes técnicos graves con este modelo, desde fugas hidráulicas hasta fallos en el tren de aterrizaje. Solo en la flota india del 787 se contabilizan más de treinta problemas en la última década, aunque ninguno con víctimas mortales, hasta ahora. Boeing asegura estar colaborando con las autoridades indias y expresa sus condolencias, pero sus acciones cayeron más de un 7 % tras conocerse la noticia. No es solo una crisis de imagen: es una crisis de confianza.
Expertos como Ed Pierson, exdirectivo de la compañía, denuncian una cultura empresarial obsesionada con la velocidad de entrega más que con la precisión. De hecho, ha declarado que “ha habido repetidos ejemplos de trabajos apresurados y atajos, todo en un esfuerzo por intentar sacar los aviones y entregarlos lo antes posible para que la empresa pueda ganar dinero”. Ahora, la pregunta no es si el Dreamliner tenía fallos, sino cuántos se ignoraron y cuántos se ignorarán.