El virus del Nilo sigue conquistando nuevos territorio: ha llegado a la islas británicas
La aparición de restos genéticos del virus en Nottinghamshire no implica su circulación activa, pero pone en alerta al Reino Unido

El país europeo ha registrado, por primera vez, la presencia del virus del Nilo Occidental en mosquitos autóctonos. El hallazgo no corresponde a un brote activo ni implica una amenaza inmediata para la población, según ha informado la Agencia de Seguridad Sanitaria, pero sí supone un aviso: los cambios en el clima y en los ecosistemas están reconfigurando el mapa global de enfermedades infecciosas.
Detectado por primera vez el virus del Nilo Occidental en mosquitos de Reino Unido
La detección se produjo durante el verano de 2023, en humedales del río Idle, cerca de la ciudad de Retford, en el condado de Nottinghamshire, como parte del programa Vector-Borne RADAR. Investigadores de la UKHSA y de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal analizaron muestras de la especie de mosquito Aedes vexans, nativa del país, y hallaron material genético del virus en dos de los 200 grupos de mosquitos examinados mediante PCR. El resto dio negativo.
Aunque el virus del Nilo Occidental es habitual en zonas de Europa, África, Asia, América y Australia, nunca antes se había detectado en mosquitos en territorio británico. Normalmente, el virus circula entre aves silvestres y mosquitos que se alimentan de ellas. En casos raros, estos insectos pueden transmitirlo a humanos u otros animales domésticos, como caballos, provocando infecciones que van desde síntomas leves a cuadros graves como encefalitis.
Por el momento, las autoridades sanitarias insisten en que el riesgo para la población general sigue siendo muy bajo. De hecho, no se han registrado hasta ahora casos ni en humanos ni en animales y no hay indicios de que el virus esté circulando entre la fauna británica. No obstante, se han reforzado las actividades de vigilancia y se ha alertado a los profesionales sanitarios para que, ante encefalitis de origen desconocido, consideren esta posibilidad y soliciten análisis específicos.
Pero, pongamos un pongo de contexto en la noticia. La expansión del virus hacia el norte de Europa, en los últimos años, coincide con un escenario climático que favorece la supervivencia y reproducción de algunas especies de mosquitos. El doctor Arran Folly, virólogo líder del proyecto RADAR, afirma que “solo mediante una vigilancia continua podemos evaluar el riesgo para la salud animal y pública”.
Las investigaciones, en este caso, no se están centrando exclusivamente en los mosquitos nativos, sino que también se controlan posibles especies invasoras que podrían llegar al Reino Unido atrapadas en vehículos, contenedores de mercancías o incluso en equipajes. De ahí que el programa de vigilancia se extienda a puntos clave como áreas de servicio, estaciones de transporte o zonas de descarga comercial.
Desde la Agencia de Seguridad Sanitaria se insiste en algunas medidas básicas de prevención: evitar acumulaciones de agua estancada, utilizar repelente, cubrir la piel al transitar por zonas húmedas y mantener ventanas protegidas con mosquiteras. Y es que la salud pública también depende del clima y nuestros ecosistemas.