Encuentran un águila de bronce de hace 300 años: nos cuenta la historia de Polonia
Un emblema militar nos narra la lucha por la independencia del país europeo

En la mayoría de ocasiones, los artefactos que se recuperan en yacimientos arqueológicos son mucho más que el propio objeto. Hablamos de una mirada al pasado, una manera física de entender qué sucedió en aquel lugar y que no se olvide en las arenas del tiempo. Eso es lo que representa el águila de bronce descubierta recientemente en los bosques del Parque Nacional de Góry Stołowe, ubicado en la región de Silesia al sur de Polonia.
El águila de bronce que resistió la caída de un imperio
El hallazgo, anunciado por el Conservador de Monumentos del Voivodato de Lublin en Facebook, consiste en una elaborada insignia de águila que data de entre 1791 y 1794, justo en el ocaso de la Mancomunidad Polaco-Lituana. La pieza mide 12,8 por 11,5 centímetros y parece que coronaba, originalmente, una placa de bronce fijada al sombrero militar de un soldado. Y no de uno cualquiera.
El diseño no es casual. El águila se alza sobre una base de granadas de artillería, banderas y pirámides de balas de mosquete. En su garra derecha, empuña una espada, mientras que las alas se encuentran extendidas hacia el cielo. Todo apunta a que fue encargada para un oficial de alto rango, en un momento en el que Polonia se jugaba algo más que territorio: su propia existencia como nación.

Así se ha conservado el emblema de bronce recuperado en Polonia
Esta pieza fue descubierta en mayo de 2025 por Krzysztof Fidler y Andrzej Kędzierawski, durante una investigación de campo. Entre restos de un shako, el característico gorro cilíndrico usado por los soldados del país, apareció el emblema del águila. Aunque el tiempo ha hecho mella en el metal, su mensaje parece que aún continúa intacto.
Después de consultar el hallazgo con el profesor Trabski, parece que la insignia pertenece a un soldado de infantería del Ejército de la Corona y que fue diseñada durante los últimos años de mencionada Mancomunidad. Estamos hablando de un periodo bastante convulso, donde el sistema político estaba colapsando y las potencias vecinas presionaban. Es por ello que tras el fallido Levantamiento de Kościuszko, Polonia fue dividida entre Rusia, Prusia y Austria.

Iniciales grabadas en el emblema de bronce polaco
Y el lugar donde se encontró el emblema no es casual. Los bosques del Parque Nacional de Góry Stołowe están cerca de la antigua ruta militar entre Chełm y Lublin, un corredor estratégico en plena guerra. En él se libraron combates cruciales antes del colapso final del país. También se sabe que la insignia hallada, guarda similitudes con cinco ejemplares conservados en el Museo del Ejército Polaco de Varsovia.
No obstante, sus detalles únicos, como las iniciales S y M, apuntan a que pudo ser una pieza personalizada, con un destinatario cuya identidad permanece en rodeada de misterio. Lo que sí es seguro es que quien la llevó alzó su espada en los últimos días de una nación que se resistía a ser borrada del mapa.
Ahora, sabemos que el Conservatorio de Monumentos del país ha confirmado que el emblema será donado al Museo de la Tierra de Chełm y que allí, entre vitrinas, seguirá contando su historia: la de un soldado, una nación al borde del abismo y un símbolo que, dos siglos después, aún habla de libertad. Y es que algunos artefactos enterrados en el planeta son vitales para recordar de dónde venimos.