Esta isla solo tuvo 7 años de vida, pero sus diminutos residentes han dado mucho de qué hablar científicamente

La estructura geológica de la isla atrajo a entidades tan importantes como la NASA.

Esta isla solo tuvo 7 años de vida, pero sus diminutos residentes han dado mucho de qué hablar científicamente
La curiosa isla volcánica ha sido el escenario perfecto para estudiar la creación natural de un ecosistema. Imagen: Wikipedia Commons
Publicado en Ciencia

Tonga es un país de Oceanía integrado dentro de la polinesia, y en 2015 pudo presenciar el nacimiento de una nueva isla vecina. La erupción de un volcán submarino provocó la creación de Hunga Haʻapai, o Hunga Tonga, una pequeña isla que pasó a formar parte del archipiélago. En esa zona están algunos de los volcanes más activos del mundo, pero que con la erupción se genere una isla no es algo que se vea todos los días. La superficie está principalmente compuesta por depósitos de roca magmática fragmentada, y de una sustancia llamada toba, que surge en la mezcla de roca fundida volcánica en aguas cálidas.

Su constitución geológica no daba muchas esperanzas de que esa isla fuese a quedarse en la superficie. Los expertos avisaron de que lo más probable era que Hunga Tonga volviese a sumergirse tras unos meses, pero no fue así. La isla aguantó en pie durante mucho más tiempo, lo cual atrajo la atención de muchas entidades científicas, entre ellas la NASA. La agencia aeroespacial consideró que es desarrollo geológico de la isla podría compararse con el de Marte, por lo que enviaron equipamiento y expertos hacia allí para estudiar cómo se comportaba el suelo ante el paso del tiempo e incidencias climática. El objetivo era obtener información que ayudase en la búsqueda de vida en el Planeta Rojo.

La isla se mantuvo en la misma posición durante años, pero en 2022 una nueva erupción en un volcán cercano provocó un Tsunami que sumergió de nuevo al Hunga Tonga en el Pacífico. Sin embargo, todos estos años le han servicio a la NASA y a otros equipos para sacar conclusiones muy reveladoras.

Presenciando el nacimiento de un nuevo mundo

En un estudio reciente, un equipo de científicos liderado por el ecologista microbiano Nicholas Dragone ha revelado la increíble variedad de vida microscópica que fueron capaces de observar en Hunga Tonga durante sus siete años de vida:

Pensábamos que veríamos el mismo tipo de organismos que aparecen cuando un glaciar retrocede, o cianobacterias, especies más típicas de colonizadores tempranos. En cambio encontramos un grupo único de bacterias que metabolizan el azufre y los gases atmosféricos.

El equipo revela que estudiar estas microbacterias ha sido fascinante, ya que han podido observar de cerca los primeros pasos en la creación de un ecosistema. Estas partículas "comedoras" de azufre se encuentran normalmente en aguas termales y otras erupciones volcánicas, y ver cómo han ido evolucionando en siete años ha ofrecido mucha información acerca del caldo de cultivo que surge en el nacimiento de una isla volcánica.

Nadie había estudiado exhaustivamente los microorganismos en este tipo de sistema insular en una etapa tan temprana antes. Hemos tenido mucha suerte.

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