Esta mujer es la única persona que ha recibido un impacto de meteorito, y aunque no lo creas, sobrevivió

¿Sabías que hay una probabilidad real de que, yendo por la calle, sufras el impacto de una pequeña roca venida del Espacio? Sí, pese a que las posibilidades son remotas, lo cierto es que podría ser probable. Algo parecido podría ocurrir con la basura especial. Cabe recordar cómo hace tan solo unos días cayeron los restos de un cohete lanzado hace unas semanas por China. Es cierto que no hay que estar mirando siempre para arriba para ver si tenemos que esquivaras, pero no es algo que deba descartarse por completo.

Pongámonos en el peor de los escenarios. ¿Qué podría ocurrir si, finalmente, sufriéramos el impacto? Muy posiblemente, falleceríamos en el acto. Aun así, aún podría haber esperanza. O si no, que se lo digan a Ann Hodges, la única persona confirmada que ha sufrido dicho golpe y que ha podido sobrevivir para contarlo. Una roca de unos 30 centímetros de diámetro le golpeó el costado, produciéndose un importante hematoma. Pese a ello, pudo contar su historia tras el increíble suceso.

Veamos, por tanto, qué es lo que ocurrió en aquella ocasión para que pudiera sobrevivir, por qué puede ocurrir que una roca de estas características impacte contra nuestro cuerpo o, por supuesto, hasta qué punto nos encontramos ante un suceso único e irrepetible. Esta es la historia de Ann Hodges y, sin duda alguna, un caso que no se atañe a la regla general.

Ann Hodges y su capacidad de encajar el impacto de un meteorito de 30 centímetros

¿Puedes imaginar la velocidad a la que se dirigía a la Tierra esta increíble piedra de 30 centímetros? Ann Hodges, a sus 31 años, se encontraba echándose la siesta. El el 30 de noviembre de 1954, cuando quedaba menos de un mes para el invierno, dormitaba con unas mantas por encima. De repente, un sonido intenso le despertó y, seguidamente, comenzó a notar un dolor agudo en el costado. Sí, se trataba de un meteorito que había caído, desde el cielo, a su habitación.

Como podrás imaginar, tal era la velocidad y fuerza del mismo, que destrozó el techo en su caída por alcanzar el área terrestre. El suceso tuvo lugar en la población de Sylacauga, un pueblo situado en Alabama, al sur de los Estados Unidos. Curiosamente, tras el suceso, algunos vecinos llegaron a afirmar que habían divisado cómo una bolsa de fuego con una estela de humo se aproximaba a una gran velocidad hacia ellos, viendo cómo se producía el impacto en la casa en la que se encontraba Ann Hodges.

Ahora bien, ¿qué ocurrió después de la caída del meteorito? Debido a la existencia de la Guerra Fría, se hicieron cargo de la investigación las autoridades de la Fuerza Aérea Estadounidense. Pronto se descartó la posibilidad de un ataque llevado a cabo por la Unión Soviética. Aun así, se abrió un nuevo dilema. ¿A quién le pertenecía este preciado tesoro? Ann Hodges comenzó una dura batalla para hacerse con él. El problema es que dicha roca cayó en la propiedad de Birdie Guy, ya que Ann Hodges y su marido no eran propietarios de la vivienda.

La señora Guy ganó el juicio, pero el matrimonio protagonista de esta historia adquirió la propiedad de la misma pagando 500 dólares. Tras un par de años sin haber recibido ofertas, el matrimonio decidió donar la pieza al Museo de Historia Natural de Alabama, lugar en el que todavía se exhibe. ¿Quién iba a decir que el meteorito que impactó a una persona y no la mató en el acto iba a terminar con este triste final? Al menso, echando un rápido vistazo a la historia, todo quedó en una anécdota en la que, sin duda alguna, podría salir una película de ahí.