Estados Unidos reinventa la fórmula para hacer hormigón: ahora ayudará a combatir el cambio climático
El hormigón y el cemento son los dos materiales básicos para poder construir edificios. Ahora en Estados Unidos este material va a luchar contra el cambio climático atrapando carbono

La construcción moderna ha confiado históricamente en el hormigón como su pilar fundamental. Este material, omnipresente en estructuras que van desde rascacielos hasta puentes y viviendas, ha permitido transformar el entorno natural a una escala sin precedentes, siendo un símbolo del avance humano. Sin embargo, el precio de esta expansión global ha sido significativo en términos medioambientales. La fabricación del cemento, ingrediente clave del hormigón tradicional, implica procesos que liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo de manera importante al calentamiento global.
Ante este desafío, la búsqueda de alternativas más sostenibles en el sector de la construcción se ha convertido en una prioridad. La innovación se centra ahora en desarrollar materiales que mantengan la resistencia y durabilidad necesarias, pero reduciendo drásticamente su huella de carbono o, idealmente, ofreciendo beneficios ecológicos adicionales.
La construcción en Estados Unidos pronto dará un giro verde
Un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania podría haber encontrado una vía prometedora para transformar la industria del hormigón. Han desarrollado una nueva formulación y técnica de fabricación que no solo disminuye significativamente el impacto ambiental, sino que incluso podría ayudar a mitigar el cambio climático, según apuntan desde Advanced Functional Materials. Este avance combina materiales novedosos, diseño estructural inteligente y la aplicación de impresión 3D.
El secreto reside en la incorporación de tierra de diatomeas, un polvo fino derivado de algas fosilizadas microscópicas. Este componente bio-mineral tiene propiedades naturales que facilitan la captura de CO2, integrándola en la matriz del material de construcción de una forma hasta ahora inexplorada a esta escala y con estos resultados.
Además del material, la geometría interna del hormigón juega un papel crucial. Inspirados en estructuras naturales eficientes como los corales, los investigadores han diseñado formas que maximizan la superficie de contacto con el aire, facilitando la absorción de carbono, al tiempo que mantienen una alta resistencia con menos material. La fabricación mediante impresión 3D permite crear estas complejas estructuras con precisión.
Los resultados iniciales son notablemente esperanzadores. El nuevo hormigón no solo utiliza considerablemente menos material que las formulaciones convencionales para lograr una resistencia comparable, sino que también exhibe una capacidad de absorción de dióxido de carbono muy superior. Se prevé que esta tecnología pueda aplicarse en elementos arquitectónicos a gran escala e incluso en proyectos de restauración marina, demostrando el potencial de la construcción como agente de cambio positivo.