Estados Unidos tenía un nuevo y gran plan para la NASA: tener naves espaciales nucleares

Quien iba a ser el administrador de la agencia tenía una revolución en marcha, pero la política lo borró del mapa antes de tiempo

Estados Unidos tenía un nuevo y gran plan para la NASA: tener naves espaciales nucleares
Así imagina ChatGPT naves espaciales nucleares de la NASA
Publicado en Ciencia

Jared Isaacman rozó el cargo de administrador de la NASA con la punta de los dedos. Contaba con apoyo de ambos partidos y ya existía una fecha inminente para la votación final del Senado. Pero en un abrir y cerrar de ojos, una llamada desde la Oficina de Gestión de Personal del presidente Donald Trump lo apartó del camino. El rumbo de su vida, y quizá también el de la exploración espacial, cambió radicalmente.

La administración de Isaacman (que no fue)

Jared Isaacman, en una conversación con el medio Ars Technica, aseguraba que se sintió "muy decepcionado, sobre todo porque estaba muy cerca de la confirmación y creo que teníamos un buen plan para implementar”. Ese plan, condensado en un documento de más de 100 páginas, hablaba de una NASA más ágil, con menos burocracia y más cultura de la responsabilidad.

En su plan, Jared mencionaba la aceleración de la misión Artemis II, para ser lanzada en diciembre de este año. También mencionaba cómo enviar siete astronautas a la Estación Espacial Internacional cada cuatro meses, incluso pagando una misión de su propio bolsillo si hacía falta. Y hablaba, sobre todo, de una apuesta nuclear.

Isaacman quería transformar la propulsión espacial con energía nuclear, un sistema que reduciría drásticamente el combustible necesario para alcanzar el espacio y que ampliaría las ventanas de lanzamiento. Su hoja de ruta estaba muy clara: un vehículo de prueba de 100 kilovatios en el corto plazo y una plataforma de megavatios capaz de mover naves humanas o telescopios en menos de cuatro años. En su visión, Estados Unidos debía liderar el camino hacia el poder nuclear.

Pero eso no es todo. También pretendía certificar la nave Dragon para llevar siete tripulantes, como fue diseñada originalmente, y revivir el programa de especialistas de carga, permitiendo que científicos de la propia NASA viajaran para ejecutar sus experimentos. La idea era, en sus propias palabras, “entusiasmar a la gente y recompensar a los mejores”.

Su estrategia, además, incluía la donación de su sueldo para el programa de becas Space Camp, en un intento de que las siguientes generaciones tuviesen la oportunidad de acceder al sector aeroespacial. Sin embargo, la salida de Elon Musk del entorno de Donald Trump hizo que su nombramiento se quedase en agua de borrajas, frenándose en seco.

Ahora, el resultado es un plan tan ambicioso como apartado en algún cajón de la actual administración estadounidense. Mientras la NASA permanece sin una clara dirección, y la exploración espacial estadounidense pierde su poder de décadas, Jared Isaacman sopesa su próximo paso, que no sería otro que regresar a la política.

No descarta volver a ese sector y ayudar a su país de una manera diferente a la que tenía en mente durante los últimos meses. Y es que el hombre que soñaba con naves nucleares, por el momento, no verá como su plan despega, al menos por el momento. Y es que parece más que evidente que la NASA no tiene problemas de ciencia o innovación, sino una tremenda losa que le impide ejecutar su visión. Y el país se queda atrás en la conquista espacial.

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Fundador Dwight D. Eisenhower Fecha de fundación 29-07-1958 Nombre Alternativo National Aeronautics and Space Administration Número de empleados 18000
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