Estas tres monedas de bronce, de hace 1.000 años, podrían reescribir la historia del comercio africano
Un hallazgo realizado en la isla de Ibo revela el importante papel de Mozambique en las rutas comerciales del Índico durante la Edad Media

Si hablamos del comercio en la Edad Media, seguramente no te imaginas que hablemos de rutas que conectaba el África oriental con Arabia, Persia o la India. Mozambique nunca había sido considerado como un lugar destacado en dicha ruta, hasta que un descubrimiento en la isla de Ibo, realizado en el año 2016, podría ayudar a reescribir una historia en constante evolución. ¿Las culpables? Tres monedas de bronce.
La historia del comercio africano reescrita por el hallazgo de tres monedas de bronce
Un equipo de investigadores, liderado por el doctor Ignacio Montero Ruiz, investigador científico en el Instituto de Historia del CSIC, han publicado un artículo en la revista científica Azania: Archaeological Research in Africa donde explican cuál era el papel de algunos de los pequeños asentamientos costeros en la red comercial que conectaba África con Asia. Y todo parece que comenzó con una simple excavación de prueba.
Cuando los investigadores, en el año 2016, excavaron un pozo en la isla de Ibo, descubrieron una serie de artefactos que tenían procedencias realmente diversas. Por ejemplo, hallaron fragmentos de cerámica originaria del Golfo Pérsico o Irán, una piedra blanda que pudo proceder de Omán y algunas cuentas de vidrio que habrían llegado desde la India o la parte central de Asia. Sin embargo, aún quedaba por desvelar el descubrimiento más sorprendente.

Fotografía de las monedas de bronce encontradas en la isla de Ibo
Entre los artefactos encontrados en aquel pozo, también se incluía una cadena, fragmentos metálicos y tres monedas de bronce. Los investigadores analizaron las monedas a través de pruebas de fluorescencia de rayos X y de análisis de isótopos de plomo, descubriendo que su composición era diferente a la de las típicas monedas suajilis, propias de la ruta comercial descrita anteriormente. Estas monedas no contenían arsénico y tenían una mayor concentración de estaño y plomo. Por lo tanto, los científicos se plantearon descubrir de dónde procedía su bronce.
Para obtener una respuesta, se compararon las firmas isotópicas del plomo con las de minas conocidas en África y Eurasia. Y ahí fue cuando saltó la sorpresa: el metal procedía de la región Copperbelt, actualmente en la República Democrática del Congo, concretamente de la mina de Shinkolobwe. Si finalmente se confirma este último punto, podríamos estar ante un flujo de materias primas de casi 3.000 kilómetros, que es la distancia que separa ambas naciones.
Este hallazgo refuerza la hipótesis de que la isla de Ibo formaba parte de una ruta que conectaba esta región con el sur de África, sobre todo con territorios como Mapela, Mapungubwe y la Gran Zimbabue, claves en el comercio del oro y el marfil. La profesora María Ruiz-Gálvez Piergo, perteneciente al Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid, ha asegurado, en declaraciones recogidas en Phys.org, que también se encontró una cuenta de oro en la propia isla, cuya procedencia coincide con este territorio del sur de África.
En definitiva, esta investigación nos permite adentrarnos en las rutas comerciales entre África y Asia en la Edad Media y constatar como el norte de Mozambique fue un punto importante en aquellas redes de intercambio de bienes. De hecho, las pequeñas comunidades de la isla de Ibo también pudieron tener un crucial papel a la hora de difundir tecnologías y materiales. Todo ello, desvelado por artefactos escondidos bajo la superficie africana.