Este bosque de China tiene un gran secreto en sus raíces. Pueden contar la historia de una antigua batalla de hace 2.000 años
La conquista de un territorio ha acabado dejando en el abismo a una especie autóctona del país asiático

Hace más de dos milenios, una chispa desató un devastador incendio en el sur de China. Lo que parecía una maniobra militar puntual, acabó por transformar radicalmente el paisaje y, de paso, empujó a una especie de árbol hacia la extinción. Ahora te contaremos la historia de una batalla que terminó consumiendo no solo una ciudad, sino todo un ecosistema.
Un incendio hace 2.000 años arrasó un bosque... y una especie nunca regresó
No lo parece, pero bajo algunos campos de cultivo del delta del río Perla se esconde un curioso secreto: los restos calcinados de un bosque antiguo de cipreses. Estos árboles, cuyos troncos pueden alcanzar hasta dos metros de diámetro, formaban parte de un ecosistema húmedo y frondoso, donde plantas y animales, como los elefantes o las aves tropicales, convivían en armonía.
Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista científica Science Advances, liderado por Ning Wang, perteneciente a la Academia China de las Ciencias, ha revelado que bajo esos campos de cultivo se esconde un bosque calcinado, posiblemente por un evento abrupto y simultáneo que tuvo lugar hace 2.100 años. La causa fue el fuego provocado por una invasión al Reino de Nanyue, por parte del ejército Han en el año 111 a.C.

Los puntos marrones muestran los bosques calcinados, mientras que los puntos naranjas son aquellos bosques antiguos y los amarillos son los que han sido estudiados recientemente
En aquella época, el ejército Han ya dominaba gran parte de China, pero continuaba anexando territorios. Cuando le llegó el turno al reino independiente de Nanyue, situado en las actuales provincias de Guangdong y Guangxi, un comandante llamado Yang Pu decidió prender fuego a la capital del reino. Entre llamas, no solo se quemaron edificios, sino que el incendio salió descontrolado a los bosques aledaños.
Esa catástrofe ecológica provocó que gran parte de los bosques de aquel reino desapareciesen y fuesen sustituidos por arrozales. La unión de una alta presencia de polen de gramíneas, como el arroz, y los elevados niveles de carbón vegetal provocó una agricultura intensiva, impulsada por la necesidad de alimentar a los soldados y, más tarde, a los pobladores de aquel nuevo asentamiento.

Imagen de un ciprés de la especie Glyptostrobus pensilis
A medida que aquellas tierras eran labradas y se fundían metales, esto se sabe debido a que se han encontrado restos de cobre y plomo entre los sedimentos, los cipreses antiguos iban desapareciendo. Hoy en día, la especie Glyptostrobus pensilis está al borde de la extinción, quedando solamente algunos ejemplares en Vietnam, aunque aislados y con una escasa posibilidad de recuperación.
El hábitat, en la actualidad, es viable, pero esta especie no ha conseguido reverdecer viejos laureles, y todo por un enemigo que nada tuvo que ver con la naturaleza o el clima, sino con la demoledora historia de la región. Aquel incendio propagado hace 2.100 años, de alguna manera, continúa ardiendo y nos recuerda que nuestros actos no solo afectan al planeta en la actualidad, sino que pueden tener su eco en el futuro.