Esto es lo que no te han contado de la furiosa erupción del Etna y por qué no es lo que estás pensando
Vulcanólogos explican qué sucedió realmente en el volcán más activo de Europa y por qué no toda erupción es lo que parece
Este lunes 2 de junio de 2025, por la mañana, el monte Etna despertó con una exhibición de poder extraordinaria. Una imponente columna de ceniza, gases incandescentes y fragmentos de roca se elevó varios kilómetros hacia el cielo siciliano, en un espectáculo que, si bien resultó sobrecogedor, concluyó sin informes de heridos ni daños significativos, afectando mínimamente el tráfico aéreo. Aunque las erupciones del Etna a menudo se catalogan como estrombolianas, el reciente evento invita a una mirada más detallada.
Descubriendo el rugido del Etna
Sabemos, según la información publicada en la página web del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, que la erupción se originó por un incremento en la presión de los gases magmáticos en las profundidades del volcán. Esta acumulación de energía provocó el colapso parcial de uno de los cráteres en la cumbre del Etna. Fue ese derrumbe el que liberó un flujo piroclástico, es decir, una nube ardiente compuesta por ceniza, gas y rocas, que se precipitó desde el interior del volcán.
Posteriormente, tres ríos de lava comenzaron a descender por las laderas de la montaña y que, actualmente, se encuentran en proceso de enfriamiento. Ya para la noche del lunes, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia anunció el cese de la actividad volcánica. Siendo el Etna uno de los volcanes más activos del planeta, este episodio se considera dentro de los parámetros de su comportamiento habitual. Pero, ¿cómo es esto posible?
Para comprenderlo, tenemos que hablar de la clasificación de las erupciones según su nivel de explosividad. Se sabe que a mayor explosividad, mayor el peligro inherente debido a la velocidad y el alcance de los materiales eyectados. En el extremo más leve se encuentran las erupciones hawaianas, que están caracterizadas por flujos de lava que descienden de manera relativamente serena, causando daños locales pero previsibles. En el polo opuesto, las erupciones plinianas, como la histórica del Vesubio, que sepultó Pompeya y Herculano. Estas son tan destructivas, que llegan a proyectar material hasta la estratosfera y su colapso puede generar una destrucción masiva.
Pero, ¿y qué características tienen las erupciones estrombolianas? Lo primero sería aclarar que estas reciben su nombre debido a volcán italiano Estrómboli, que ofrece pequeñas erupciones cada 10/20 minutos y que son consideradas relativamente moderadas. En estas, fragmentos de roca y otros materiales pueden ser lanzados a cientos de metros, pero raramente más allá. El flujo piroclástico observado en la reciente erupción del Etna, sin embargo, superó esta característica, lo que sugiere que el evento tuvo una explosividad mayor que de las erupciones estrombolianas.
Aún es todo un desafío poder predecir en detalle una erupción volcánica, aunque existen importantes avances en este campo de la ciencia. Para anticipar el comportamiento futuro de un volcán, es crucial entender su estado interno actual. Dado que la observación directa es imposible, se tiene que recurrir a mediciones indirectas. Por ejemplo, el ascenso del magma desde las profundidades genera temblores al fracturar la roca, con lo que estar atento a estas vibraciones permite rastrear su trayectoria.
Por otro lado, la acumulación de magma puede provocar una ligera protuberancia, de milímetros a centímetros, en la superficie cercana al volcán y que llega a ser detectable mediante imágenes por satélite. Mucha más información, combinada, permite conocer lo que suele denominarse como la personalidad de los volcanes, un aspecto fundamental a conocer para interpretar sus señales.
Muchos piensan que las erupciones volcánicas son más frecuentes en la actualidad, pero la realidad es que este incremento está provocado por la mejora en los sistemas de monitoreo y a la facilidad para enterarte de lo que sucede en cualquier región del mundo hoy en día. En países como Italia, por ejemplo, la monitorización de los volcanes es de vital importancia, sobre todo para emitir alertas tempranas. Y es que nuestro planeta late con violencia y, en ocasiones, su sangre brota desde las profundidades.