Estos son los 7 lugares más terroríficos del sistema solar: en ninguno el ser humano podría sobrevivir
Si creías que nuestro vecindario cósmico era un lugar vacío, te aseguramos que existen áreas donde ni la más terrible de tus pesadillas se atrevería a cruzar
El sistema solar es el lugar del universo que más ha estudiado el ser humano, donde se acumulan paisajes tan espectaculares como completamente aterradores. Más allá de esos planetas o lunas que, quizás, algún día pisemos, existen zonas donde las leyes de la física se retuercen hasta límites insospechados y donde la ingeniería humana no tendría nada que hacer. Hablamos de rincones tan extremos que parecen advertirnos de sus peligros a base de radiación, proyectiles o infiernos cósmicos. Ahora te los presentamos.
Los siete rincones más letales del sistema solar
No nos demoramos más y comenzamos a contarte qué rincones oscuros se esconden dentro de los límites de nuestro rincón de la Vía Láctea. En primer lugar, tendríamos que hablar de la línea del terminador en Mercurio. Esta es la frontera entre el día y la noche en el planeta y no es una suave transición. En realidad, dado que Mercurio no posee atmósfera, existe un contraste brutal entre su lado iluminado, que puede alcanzar temperaturas de hasta 430 ºC, y su lado oscuro, que puede llegar a los -180 ºC. Cualquier nave que intentase atravesar este límite, sufriría tales tensiones que vería su fin en el planeta más cercano al Sol.
Avanzamos nuestro recorrido y llegamos a los dos gigantes gaseosos. Si nos acercásemos a la Gran Mancha Roja de Júpiter, tendríamos que soportar una de las tormentas anticiclónicas más grandes jamás vistas por el ser humano. Para que te hagas una idea de su envergadura, su tamaño es más grande que la propia Tierra y los vientos alcanzan hasta 432 km/h. En Neptuno, no querríamos encontrarnos con la Gran Mancha Oscura, que deja en pañales a la anterior. Aquí el viento puede llegar a los 2.100 km/h, con lo que ya puedes imaginar lo que le sucedería a cualquier nave que se topase con tal furia.
En Venus, por cierto, no hacen falta tormentas para hablar de trampas mortales. Si llegásemos a Aphrodite Terra, un altiplano del tamaño aproximado a la mitad de África, veríamos algunas de las peores condiciones del planeta: una presión atmosférica 90 veces superior a la de la Tierra, como estar a 1 kilómetro de profundidad en el océano, temperaturas de 460 ºC y un ambiente cargado de dióxido de carbono y ácido sulfúrico.
Regresamos a Saturno, aunque, en esta ocasión, iremos hasta su satélite Encelado, un mundo congelado de unos 500 kilómetros de diámetro. Lo curioso, y terrorífico, de este satélite es que en el polo sur existen lo que se conocen como tiger stripes. Hablamos de unas grietas que expulsan agua, partículas y compuestos orgánicos con tal virulencia que ascienden cientos de kilómetros hacia el espacio. Nadie en su sano juicio querría toparse con ellos.
Y no nos alejamos demasiado del sexto planeta del sistema solar, ya que tenemos que hablarte de la trampa que se esconde entre sus anillos. El denominado Encke Gap, un estrecho hueco dentro del anillo A, tiene 325 kilómetros de ancho y está formado por millones de fragmentos de hielo y roca que orbitan a decenas de miles de kilómetros por hora. Desde luego, ninguna nave debería atreverse a aparecer por sus dominios.
Jupiter también posee sus propias lunas y una de ellas, Io, es calificada como el mundo volcánicamente más activo de todo el sistema solar. Aquí, la palabra infernal toma en significado completamente distinto. Este satélite cuenta con más de 400 volcanes activos, algunos expulsan lava a cientos de kilómetros de altura, tiene una superficie cubierta de azufre y dióxido de azufre y una radiación que mataría a un ser humano en pocas horas. Nada permanece estable allí. El suelo cambia, se derrite y se abre.
Por último, en este tour de pesadilla, llegamos a Miranda, uno de los satélites de Urano. Allí existe un acantilado, conocido como Verona Rupes, que es la mayor pared vertical conocida. Posee 20 kilómetros de caída libre y si algún ser humano se precipitase al vacío, debido a que la gravedad en Miranda es muy baja, tardaría varios minutos en llegar a su fatal desenlace. Eso sí, el impacto con el suelo sería a 200 km/h. Un final largo y desolador.
Desde luego, todos los lugares de los que te hemos hablado revelan una verdad incuestionable: nuestro sistema solar es un hermoso lugar del cosmos, pero no está creado para el disfrute del ser humano. Quizás, por esa misma razón, nos vemos empujados a estudiarlo y conocerlo a fondo, ya que cada luna, acantilado y anillo es una invitación a explorar un universo tan excepcional como peligroso.