Fue un gran faraón y tuvo pirámide, pero fue enterrado en dos barcos. Los historiadores lo siguen investigando
Se cree que los navíos no debían ser utilizados en esta vida, sino en el tránsito posterior

Ya ha pasado mucho tiempo, pero en el año 1954, el arqueólogo egipcio Kamal el-Mallakh realizó un descubrimiento extraordinario en la Gran Pirámide de Guiza: dos barcos solares, supuestamente pertenecientes al faraón Khufu, y que se encontraban ocultos tras dos pozos que habían sido sellados en la antigüedad. Los barcos tienen un aspecto similar a las barcazas solares que Ra utilizaría en sus viajes diarios por el cielo, aunque su propósito aún es desconocido.
El faraón que quiso ser enterrado en su medio de transporte al más allá
Estos barcos de Khufu, los dos navíos con los que habría sido enterrado el faraón en la pirámide construida en su honor, aún son todo un misterio, aunque muchos expertos en egiptología apuntan a que no habrían sido ocultados para ser utilizados en esta realidad, sino para acompañar al difunto faraón en su travesía hacia la transformación en Ra, mientras realizaba lo que se conoce como viaje solar.

Uno de los reconstruidos barcos solares del faraón Khufur
Sin embargo, muchos historiadores y arqueólogos argumentan que los navíos, antes de ser ocultados en la Gran Pirámide de Guiza, podrían haber formado parte de una pequeña flota de barcos utilizados por Khufu para recorrer el río Nilo o que habrían sido sus barcos funerales, cuando el faraón falleció. Lo que sí tenemos claro es que estamos ante barcos de enormes proporciones, alrededor de 40 metros, y que eran símbolo de las excelentes capacidades de ingeniería de la cultura egipcia.
Gracias a un reciente estudio publicado en la revista científica Applied Sciences, sabemos que la madera con la que fueron construidos ambos barcos pertenecía a cedros importados del Líbano y que habría sido seleccionada por "sus propiedades mecánicas superiores, su durabilidad mejorada y sus características hidrofóbicas". Una de las curiosidades del primero de estos barcos, por cierto, es que se encontró desmontado, tardando más de año y medio en recuperar sus 1.224 piezas antes de mostrarlo al público en el Gran Museo Egipcio, en 2021.
Y si hablábamos de la pericia de sus constructores, esto se refleja en detalles como que en ninguno de los barcos se encuentra ni un solo clavo. Además, se sabe que el esqueleto se construyó de tal manera que las partes que lo componen encajan a la perfección, como piezas de un puzle. Para ello utilizaron multitud de amarres, con el fin de mantener hermético el navío.
Se sabe que únicamente se utilizó madera, cobre y herramientas de sílex para construir ambos barcos solares. A día de hoy, estos navíos son los barcos intactos más antiguos del mundo, con una edad de alrededor de 4.500 años. De hecho, los expertos aseguran que podrían ser utilizados para navegar en la actualidad, aunque nadie en su sano juicio los usaría para este fin. A menos que quieras despertar una maldición egipcia, cosa que no te recomendamos.