Godzilla, la ciencia contra el cine
Conoce los entresijos del monstruo más famoso y destructor del cine. ¿Podrá la ciencia explicar de dónde procede y cuales son sus principales características?

El cine ha conseguido que, en muchas ocasiones, mezclemos realidad y ficción. Viajes en el tiempo imposibles con los conocimientos actuales, superhéroes dispuestos a sacrificarse por el bien de la humanidad o monstruos que arrasan ciudades son algunos de estos ejemplos. Pero, ¿dónde acaba el mito y empieza la verdadera ciencia?
Los guionistas necesitan del apoyo de expertos para hacer sus historias creíbles
Lógicamente, las mentes de los mejores guionistas de Hollywood y otros países de fuerte tradición cinematográfica pueden ser tremendamente imaginativas, pero en la mayoría de ocasiones se sirven de los conocimientos de expertos en distintas áreas para dotar de cierta credibilidad a sus historias. ¿Quieres conocer qué se esconde detrás del monstruo más conocido en Japón?

Godzilla emergiendo de la bahía de Tokio. The Japan Times
Los orígenes de Godzilla
Por si aún no lo sabes, te diré que Godzilla es una especie de dinosaurio, algunos lo definirían como un reptil, con propiedades nucleares, es decir, que emite radiación por donde va. Este es el primer dato a tener en cuenta, porque nos hace ponernos en el contexto en que fue creado. ¿Quieres saber cuál es ese contexto?
El bombardeo de las dos ciudades japonesas dio origen al cine de Kaijus
Después de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, el país del sol naciente empezó a realizar una serie de películas y documentales para demostrar la barbarie ocurrida y lo cerca que había estado el mundo de una destrucción global. De hecho, se acuñó el termino de Hibakusha Cinema a ese tipo de filmes que mostraban horrores de la energía nuclear y, por consiguiente, monstruos destruyendo ciudades.
Existen muchos orígenes dentro del ciclo de películas del gigantesco amigo, pero la base es la transformación de un organismo prehistórico debido a la ingesta de una masiva cantidad de radiación. Dicho envenenamiento no provocó su muerte, sino que convirtió al ser de hace millones de años en un monstruo alimentado por energía nuclear.
Características físicas de Godzilla
Si tuviésemos al bicho campando a sus anchas por nuestro planeta, debes saber que estamos hablando de un animal mutado de unos 100 metros de alto y un peso aproximado, que varía dependiendo de la película, de 150.000 toneladas. Hasta aquí datos increíbles, pero si te hablo, por ejemplo, de su corazón, la cosa se vuelve más apasionante.
El órgano más importante de todo ser vivo, junto con el cerebro, en Godzilla mide cerca de los 18 metros y, debido a este gigantesco tamaño, puede transportar y hacer circular por su organismo dos millones de litros de sangre.
La realidad es que un ser vivo de este tamaño y de este peso no es viable desde el punto de vista científico, ya que existe un denominado límite de peso para animales terrestres y se encuentra alrededor de las 100 toneladas. Además, en las versiones americanas del reptil, Godzilla no tiene movimientos pausados ni lentos, sino que se desenvuelve con unos reflejos dignos de cualquier deportista profesional. ¿Es esto posible?
Godzilla sería incapaz de tener rápidos reflejos debido a su gran tamaño
Una vez más seguimos en el terreno de las hipótesis locas, pero no. Sería imposible que un animal tan grande pudiese esquivar misiles o distintos tipos de armas contra él lanzadas. La explicación se encuentra, principalmente en sus órganos. La aceleración que necesitaría para poder moverse rápidamente haría que sus vasos sanguíneos explotasen al igual que la mayoría de sus órganos internos. Bye, bye, riñones de Godzilla.
Poderes nucleares
Como te comentaba anteriormente, este monstruo es fruto de la exposición a altas dosis de radiación nuclear. Esto ha posibilitado que crezca de manera desproporcionada, que emita radiación a su paso y que, incluso, tenga ciertas habilidades dignas de los más famosos superhéroes. ¿Cuáles son estas habilidades?
Por un lado, está la capacidad que tiene la criatura para alimentarse de los residuos generados por las centrales nucleares. Gracias a esta forma de alimentación se conoce que el monstruo necesita de las mismas para sobrevivir. Diríamos que es una central nuclear viviente sedienta de más y más poder.
Sin embargo, lo que hace de Godzilla temible es, aparte de su mítico rugido, su aliento nuclear. Esta bestia es capaz de emitir un haz de radiación que en algunas películas, como la última versión norteamericana, es de corto alcance, pero en otros filmes japoneses, es el caso de Godzilla: Final Wars, puede destruir meteoritos.
La metáfora de un mundo sin salida
Si la ciencia puede refutar que no ha existido, existe o existirá una criatura como Godzilla, la mente humana lo ha elevado a la categoría de mito de nuestra cultura por todo aquello que implica. Fuera del circuito de blockbusters y éxitos de taquilla, esta entidad simboliza la destrucción de la raza humana a manos de la propia raza humana.
La amenaza nuclear, muy presente en la actualidad, es mucho más terrible que un dinosaurio gigante. La representación no sólo de la muerte de personas en las películas, sino la devastación nuclear que se provoca en las fuentes de energía o los medios de transporte, por ejemplo, queda de manifiesto cuando Godzilla elige elevar por los aires trenes de pasajeros, en una metáfora devastadora.

Ensayo de bomba nuclear. Maximum Extreme
EE.UU sigue sin admitir su culpa en la barbarie nuclear
También es terrible la dificultad norteamericana en la asunción de culpa por las catástrofes nucleares. Sus dos cintas revelan al monstruo como una creación de desastres nucleares, sin nombrar aquellos interminables segundos que vaciaron la existencia de decenas de miles de japoneses durante los ataques más brutales que el hombre ha visto jamás. Godzilla no es un dios, es el recuerdo de un mundo que terminó el 6 de agosto de 1945.