Hace poco descubrimos que el campo magnético de la Tierra ha cambiado dramáticamente. La clave la tenía una tablilla de 3.000 años de antigüedad
Una inscripción milenaria arroja nueva luz sobre las drásticas variaciones del campo magnético terrestre y su impacto en la historia del planeta

Durante siglos, la historia de la Tierra ha quedado escrita en rocas, sedimentos y registros fósiles. Pero en este caso, el secreto no estaba en la corteza terrestre ni en los anillos de los árboles, sino en una simple tablilla de barro cocido, inscripta hace más de 3.000 años por escribas mesopotámicos.
PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America) ha publicado que este pequeño fragmento del pasado, hallado entre los restos de una antigua ciudad, contenía algo más que palabras en cuneiforme: escondía la evidencia de un cambio drástico en el campo magnético terrestre, un fenómeno que los científicos apenas están empezando a comprender.
Un campo magnético en constante cambio
El campo magnético de la Tierra es una especie de escudo invisible que nos protege de la radiación cósmica y de los vientos solares. Aunque solemos imaginarlo como algo estático, en realidad es tremendamente dinámico: se fortalece, se debilita y, en ocasiones, incluso se invierte.
El descubrimiento de esta tablilla de barro permite llenar un vacío en el registro del comportamiento geomagnético. Gracias a su datación precisa, los investigadores han podido confirmar que hace más de 3.000 años la intensidad del campo magnético experimentó un pico extremo en la región de Mesopotamia, un evento que coincide con la llamada Anomalía Geomagnética del Hierro en el Levante. Este fenómeno sugiere que el campo de la Tierra ha tenido fluctuaciones mucho más rápidas e intensas de lo que creíamos.
La huella del pasado que redefine el presente
¿Por qué es importante este hallazgo? Porque nos permite mejorar los modelos que predicen cómo evolucionará el campo magnético en el futuro. Sabemos que, aunque invisible, el magnetismo terrestre es fundamental para la vida en el planeta: desde la orientación de las aves migratorias hasta la estabilidad de nuestras telecomunicaciones y satélites.
El descubrimiento de estas variaciones tan intensas nos hace replantearnos muchas cuestiones, incluso algunas tan básicas como la relación entre el campo magnético y la rotación del planeta. Después de todo, no es casualidad que un día en la Tierra dure exactamente 24 horas. Este equilibrio entre el giro del planeta y sus fuerzas internas podría haber cambiado drásticamente en el pasado y podría volver a hacerlo en el futuro.
Y si el campo magnético de la Tierra puede alterarse tan rápido, ¿qué implica eso para nosotros? La última gran inversión magnética ocurrió hace unos 780.000 años. Aunque no notamos el movimiento de nuestro planeta a 100.000 kilómetros por hora, los cambios en su campo magnético sí pueden tener consecuencias medibles en nuestra tecnología y en el clima.
Este hallazgo arqueológico, más allá de su importancia histórica, nos recuerda que la Tierra es un sistema vivo, en constante transformación. Cada pieza de su historia, incluso una simple tablilla de barro de hace milenios, puede cambiar por completo nuestra comprensión del planeta que habitamos.