John Titor, el hombre que no vino del futuro

Existen historias que, a base de repetirse y utilizar la red para su viralización, parecen resultar ciertas. Hoy te quiero hablar de un personaje que apareció de la nada en internet y predicaba un fantástico viaje temporal. Conoce a John Titor.

John Titor, el hombre que no vino del futuro
Falsa imagen que circula en Internet aludiendo a John Titor. La mentira está ahí fuera
Publicado en Ciencia

En un artículo que va a tratar acerca de un viajero en el tiempo y la posibilidad de los mismos, siento empezar con una lapidaria frase de un señor que algo entiende de la física necesaria para su funcionamiento. Y es que Stephen Hawking, ante la pregunta de si estos viajes son posibles, deja las cosas muy claras:

La prueba experimental más sólida a favor de la conjetura es que no nos hayan invadido hordas de turistas del futuro

Sin embargo, a pesar de la opinión de la mayoría de la comunidad científica, existen integrantes de la misma que discrepan. Teorizar en este sentido, con el camino que aún queda por recorrer para llegar a comprender las leyes que rigen nuestro universo, resulta muy atrevido. Aunque te voy a presentar a un tipo que opina lo contrario.

Mi nombre es Titor, John Titor

Corría el año 2000, cuando un usuario, TimeTravel0, de un foro de internet, Time Travel Institute, discutía con otros miembros del mismo acerca de las posibilidades de los viajes en el tiempo y la manera, en forma de máquina, de que éstos fuesen posibles. Según informaron desde Telegraph, tal era la presunta veracidad de sus informaciones que afirmaba conocer la composición de un aparato totalmente funcional que permitía poder alterar el espacio-tiempo. ¿Quieres saber cómo funcionaba y qué aspecto tenía?

John Titor, el hombre que no vino del futuro

La presunta máquina del tiempo. Stranger Dimensions

El dispositivo era denominado Unidad de Desplazamiento Temporal y Distorsión de la Gravedad, un nombre mucho más feo que el Condensador de Fluzo de Regreso al Futuro, dónde va a parar. Dicha máquina tenía seis partes diferenciadas: dos contenedores magnéticos para soportar las micro-singularidades, un distribuidor de inyección de electrones, sistema de enfriamiento a través de rayos X, sensor de gravedad, cuatro relojes de cesio y tres ordenadores.

La verdad es que este modelo de aparato para surcar el tiempo no es más que un modelo teórico ideado por Frank J. Tipler llamado, como su descubridor, el cilindro de Tipler. Nada que ver con viajeros del futuro, por desgracia.

Las revelaciones de John Titor

Aún bajo el seudónimo de TimeTravel0, el presunto visitante seguía escribiendo en el foro. En una ocasión, tuvo a bien predecir que científicos del CERN descubrirían, en uno de los miles de experimentos que allí tienen lugar, agujeros negros muy pequeños debido a las primeras pruebas con partículas. Al ser preguntado sobre cómo podía conocer aquella información, el usuario reveló finalmente que se trataba de un pasajero del futuro y que su nombre era John Titor.

Aquí es donde el asunto comienza a ponerse interesante porque, lógicamente, la gente quería conocer detalles del futuro a toda costa. John empezó confesando el motivo de su visita, que era únicamente recuperar ciertas fotografías y visitar a familiares. Su verdadero objetivo era el año 1975 y la recuperación de un ordenador de IBM, el modelo 5100. Cuando fue preguntado por el motivo por el cual necesitaba dicha computadora, la respuesta estremeció a las personas que le seguían habitualmente.

John Titor afirmaba que necesitaba una pieza de ese modelo debido a un efecto, similar al efecto 2000, que iba a inutilizar multitud de equipos tecnológicos. Pero, ¿por qué no buscar una pieza antigua en su época? Él afirmaba que debido a la guerra no habían quedado máquinas de ese tipo a salvo. Espera un momento, ¿qué guerra?

Esto se pone interesante. Aunque al final del párrafo descubrirás la realidad. El señor Titor afirmaba que Estados Unidos entraría en una nueva Guerra Civil que sería cortada de raíz debido a una serie de ataques con bombas nucleares por parte de Rusia, desembocando en una potente y destructiva Tercera Guerra Mundial. Lo curioso del tema es que este personaje databa la Guerra Civil para el año 2008, primer error, mientras que los ataques nucleares comenzarían en el pasado 2015, segundo error.

Despedida y quién estaba detrás de la pantalla

Su último mensaje, escrito y transmitido el 24 de marzo de 2017, dejó una enigmática frase que aún perdura en el subconsciente de aquellos que seguían las aventuras fantásticas de John:

Trae una lata de gasolina contigo cuando tu coche muera a un lado de la carretera.

Unos años más tarde, en 2003, un tal Oliver Williams registró el dominio JohnTitor donde iría publicando las conversaciones que John había subido a la red, además de distinto tipo de merchandising. El nombre del abogado que representaba a la familia Titor, supuestamente, fue publicado también y respondía al nombre de Lawrence H. Haber.

John Titor, el hombre que no vino del futuro

El abogado Lawrence H. Haber. La mentira está ahí fuera

No fue hasta el año 2008 cuando, a través de un programa italiano de televisión, como comentan en Gizmodo, que se descubrió quién era John Titor. El programa contrató a un investigador llamado Mike Lynch para que se pusiera manos a la obra. Gracias a un seguimiento del dinero, el sabueso descubrió que todo lo recaudado por la web iba a parar a una empresa cuyo director era el supuesto abogado de la familia, que no se demostró que hubiese existido nunca.

Larry Haber, de todas maneras, no tenía el perfil de persona con suficientes conocimientos técnicos acerca de física u otro tipo de ciencia avanzada. Sin embargo, su hermano John Haber era técnico en tecnologías de la información, con lo que, además de compartir nombre con el viajero temporal, seguramente compartía cuerpo y mente.

La extensión del asunto Titor abarcar tantos asuntos que daría para algún otro artículo. El fin de éste no era poner en ridículo las teorías acerca de los viajes en el tiempo, sino establecer una cierta seriedad a la hora de creerse cualquier bulo que circule por la red. A mí, personalmente, me encantaría poder atravesar esa última barrera y ver acontecimientos del pasado en directo.

De momento, el cine y los documentales son mi tabla de salvación. Te dejo, querido lector, porque tengo el Delorean en doble fila y las multas en 1955 son más caras de lo que podrían parecer.

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