La fuerza de la naturaleza y mucho tiempo. Así se creó este paraíso en el este de Norteamérica
Estamos ante una región clave para entender las márgenes continentales en todo el globo terráqueo

Cuando tenemos que hablar de geología clave y espectacular de la Tierra, la mayoría de expertos hablarían acerca de lugares como Islandia o la cordillera del Himalaya. Sin embargo, para la geóloga Maureen Long, el este de Norteamérica es igualmente fascinante, ya que es un área del planeta formada por colisiones y fusiones llevadas a cabo en la corteza terrestre, que dieron origen a grandes montañas, algunos de sus volcanes y, además, incluso al océano Atlántico. ¿Quieres continuar indagando en esta historia?
La alucinante geología del este de Norteamérica
Gracias al uso de sismógrafos durante la última década, hemos podido acercarnos a la geología del este de Norteamérica y a estudios como el publicado en la revista científica Annual Review of Earth and Planetary Sciences. Gracias a esta investigación, no solo hemos descubierto extrañas formaciones en Nueva Inglaterra o volcanes en Virginia, sino una región que es clave para entender los márgenes continentales en todo el planeta.
Si queremos comprender cómo se formó la parte este de Norteamérica, tenemos que empezar hablando de la tectónica de placas y cómo esta teoría explica la estructuración de la capa más externa del planeta, conocida como litosfera. Gracias a este fenómeno, el antiguo supercontinente Rodinia fue fragmentado, con una de sus partes desplazándose hacia el sur y siendo el origen del este de Norteamérica.
Hace 500 millones de años, otros fragmentos chocaron con esa parte del antiguo supercontinente y empezaron a formar el margen continental del que te estamos hablando. Las colisiones dieron origen a accidentes geográficos como los montes Apalaches, mientras que el margen oriental se fusionó con rocas del oeste, dando lugar al núcleo del continente que hoy podemos observar. Sin embargo, hace 270 millones de años, los continentes se unieron en lo que se conoce como Pangea.
Eso sí, de nuevo, hace 200 millones de años, este supercontinente comenzó a separarse y dio origen al océano Atlántico. Además, desplazó el este de Norteamérica a la posición que conocemos en la actualidad. En estos momentos, el este es lo que se conoce como un margen pasivo, dado que no está al borde de una placa tectónica, ya que esta se encuentra en mitad del océano. Pero no creas que es un área tranquila, tal y como se describe Sarah Mazza, petróloga del Campus School of Smith College, en el medio Ars Technica.
Algunos geólogos lo califican como margen pasivo-agresivo, por la actividad geológica inesperada que suele producirse. Ahora, existen numerosos grupos de geólogos estudiando este margen de Norteamérica, a través de estudios sismográficos. Sin embargo, tal y como asegura Sarah Mazza, "pasivo no significa geológicamente inactivo". Es más, finalmente afirma que "vivimos en un planeta activo".