La máquina del tiempo existe y tiene forma de gran telescopio

El telescopio espacial James Webb es capaz de observar estrellas muertas a millones de años luz de la Tierra.

La máquina del tiempo existe y tiene forma de gran telescopio
La máquina del tiempo es uno de los inventos que más ha anhelado el hombre desde la aparición de la ciencia
Publicado en Ciencia

La máquina del tiempo es un dispositivo que ha sido anhelado por el ser humano desde que apareció la ciencia. Sobre todo, tras la publicación de la novela de nombre homónimo escrita por H. G. Wells, sí, el mismo autor de la obra ‘La guerra de los mundos’. La posibilidad de viajar entre épocas ha sido rechazada incontables veces, pero ¿y si nosotros os dijéramos que esta máquina de verdad existe y que tiene forma de telescopio?

Puede que alguno piense que nos hemos vuelto locos, pero para nada es así. Todo es más sencillo de lo que parece y tiene que ver con la astronomía. En una noticia reciente publicada en Phys, el astrónomo Chris Impey ha hablado sobre cómo los enormes telescopios espaciales han logrado captar las ondas gravitacionales a través del espacio. Unas ondas que nos permiten conocer mucho mejor los agujeros negros.

Aparte de esto, los telescopios no solo son capaces de captar débiles señales también distintos tonos de luz que provienen de astros repartidos por galaxias muy lejanas. Y aquí viene el tema principal, no pocas de esas luces provienen de estrellas que murieron hace cientos de millones de años. Su desaparición mediante por una supernova fue tan poderosa que a pesar de morir la luz que emitieron se mantiene todavía viajando por el espacio.

El telescopio espacial James Webb tiene la capacidad de mirar atrás en el tiempo

Tras cerciorarse de lo que eran estas luces, los astrónomos han visto acrecentado su interés por el tema. Un tema del que derivan grandes preguntas sobre cómo surgieron las estrellas y las galaxias después del Big Bang. Las respuesta podría estar en potenciar los viajes por el tiempo. Unos viajes en los que no hace falta una avanzada nave espacial que funcione con materia oscura, sino un potente telescopio.

Esta potencia es la que tiene el telescopio espacial James Webb, una herramienta astronómica que se construyó con la participación de 14 países del globo. Gracias a él, los astrónomos pueden observar el espacio en busca de luces que provienen de cientos de millones de años luz de distancia.

La capacidad para poder contemplar una luz tan lejana ha permitido que los científicos e investigadores que dirigen el observatorio hayan podido viajar atrás en el tiempo hasta descubrir restos de estrellas que ya no existen. Quizá no hayamos podido viajar de cuerpo entero a otras galaxias, pero sí de forma física aplicando los conocimientos científicos a lo que no deja de ser una inmensa lupa.

En el momento actual, la búsqueda por hallar evidencias sobre las primeras estrellas y galaxias ya ha tenido bastante éxito, puesto que el telescopio James Webb ha logrado ubicar cientos de galaxias que inundaron el universo de luz en los primeros 700 millones de años después del Big Bang.

Y esto no es todo, el telescopio también ha detectado el agujero negro más antiguo del universo, ubicado en el centro de una galaxia que se formó apenas 500 millones de años después del Big Bang. No hay que decir que desde nuestros hogares esto es invisible, pero igualmente podemos explorar el espacio con un buen telescopio. Si estás interesado aquí te dejamos una lista de lo que debes saber antes de comprar uno.

Por tanto, los telescopios que utilizan las agencias espaciales son de cierta manera dispositivos que permiten ver a través de los tiempos remotos en busca de un espacio primitivo que ya dejó de existir hace millones de años. La mejora constante de los sistemas ha permitido que cada vez se conozcan más y mayores galaxias, así como que se perciban luces más lejanas. Todavía queda mucho por saber del espacio infinito.

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