La piel de calamar es el elemento clave para crear las ventanas "líquidas" del futuro que ahorran energía
La naturaleza, una vez más, consigue inspirar a la comunidad científica.

Así como el ser humano tiene armas como el potente tanque Leopard 2 y satélites orbitando el planeta para defenderse, algunos animales han conseguido adaptar su organismo para resultar completamente alucinantes. El caso del calamar es poco conocido, pero estamos ante una criatura marina que es capaz de cambiar el color de su piel, debido a unas curiosas células. Ahora te lo contamos todo.
El concepto de 'ventanas líquidas' procede del estudio del calamar
Tal y como puedes observar en el tuit que te mostramos bajo estas líneas, los calamares son animales sorprendentes. Y es por ello que un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto ha utilizado a este ser para inspirarse en la construcción de una nueva generación de ventanas. Según el artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, estamos en la antesala de las denominadas 'ventanas líquidas', que pdoría ser un extraordinario avance para nuestros hogares, tanto en términos de costes como de ahorro energético.
Glass squid 🦑 can change color instantly pic.twitter.com/RPR288af4E
— Domenico (@AvatarDomy) November 24, 2022
A través de unas células denominadas cromatóforos, los calamares son capaces de cambiar a voluntad la pigmentación de su piel. Es gracias a este proceso por el que los investigadores han conseguido crear un tipo de ventana que puede cambiar la longitud de onda, la intensidad y la distribución de la luz que llega a los cristales de las ventanas. Raphael Kay, coautor del estudio, afirma que:
Los edificios utilizan una gran cantidad de energía para calentar, enfriar e iluminar los espacios que se encuentran en su interior. Si podemos, estratégicamente, controlar la cantidad, tipo y dirección de la energía solar que entra en nuestros edificios, podríamos reducir de forma masiva el trabajo que les pedimos a las calefacciones, aires acondicionados y luces.
El equipo, para ahorrarte demasiados tecnicismos, construyó un sistema de microfluidos compuesto por hojas de plástico que contienen pequeños canales a través de los cuales se liberan los fluidos. Si se añaden pigmentos al fluido, la longitud de onda también varía. En este caso, además, la combinación de distintas capas permite poder controlar desde la intensidad de la luz o su dirección.
En una simulación de ordenador, los investigadores aseguran que una fachada de un edificio con un panel que controle la luz infrarroja cercana ahorraría un 25% de energía, mientras que un segundo panel dispararía el ahorro hasta el 50%. Ben Hatton, coautor del estudio, añade:
La idea de un edificio que puede aprender, que puede ajustarse para optimizar según la estación y los cambios diarios en condiciones solares, es muy emocionante para nosotros. También estamos trabajando en cómo incrementar la escala de manera efectiva para cubrir realmente un edificio. Creemos que crear materiales inteligentes para edificios es un reto que merece más atención.