La siesta no es de vagos, es de listos. Un estudio la relaciona con un mayor volumen cerebral

No se trata de la cantidad de sueño, sino de la calidad del mismo.

La siesta no es de vagos, es de listos. Un estudio la relaciona con un mayor volumen cerebral
Si te sientes culpable por echar la siesta, ahora puedes quedarte tranquilo.
Publicado en Ciencia

Muchas son las cosas que nos diferencian de los animales, por ejemplo, nosotros no realizamos el proceso de hibernación como ellos lo hacen. Además, si hablamos de echar una cabezada, tanto las siestas como artilugios como los antifaces para dormir parecen ser más propios de nuestra especie. Ahora, un par de estudios aseguran que ese término tan español como es la siesta tiene grandes beneficios para el cerebro.

Sueño y siestas, la fórmula para conseguir cerebros más desarrollados

Dos son los estudios a los que haremos referencia en el resto del artículo, uno de ellos publicado en la revista Sleep Health y el otro publicado en Journal of Neuroscience. En ellos, a grandes rasgos, se aclara que dormir menos de 6 horas no siempre tiene porque ser algo negativo, siempre y cuando exista una siesta durante el día.

Algunos científicos, además, no solamente hablan de número de horas y de siestas, sino de cómo cada persona debería conocer su propio organismo para saber cuánto sueño es apropiado en su caso, sin volverse loco con estadísticas globales que puede que no se apliquen en su caso. De hecho, el doctor Elliott Lee, en declaraciones recogidas por CBC News, afirma que:

Si encuentras un patrón de sueño que es bueno para ti, creo que está bien. Mi mejor consejo es que no te preocupes. Aléjate de esas noticias y dejar de obsesionarte con el rendimiento en el sueño. No juzgues tu sueño por unas medidas de lo que el sueño ideal debería ser. Cada cual es diferente.

A menudo se ha asociado la siesta con los problemas de algunas personas para conciliar el sueño por la noche. Sin embargo, parece que las siestas podrían estar relacionadas con un volumen cerebral mayor y, además, que aquellas personas que descansan de manera habitual en dichos momentos 'podrían tener una mejor protección frente a la neurodegeneración al compensar un sueño pobre'.

Parece, además, que la siesta no debe ser forzada, sino llegar de manera natural, dado que de lo contrario provocará frustración. En caso de que sea parte de nuestra rutina, también debes saber que ésta puede ayudar a consolidar y organizar el cerebro, según lo afirmado por el doctor Brian Murray, jefe de neurología del hospital Sunnybrook en Toronto. Eso sí, estos estudios deben ser tomados con cautela, porque a menudo se basan en experiencias y no datos empíricos. Sea de la manera que sea, echar la siesta es sinónimo de buena salud. Lo mires por donde lo mires.

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