La terrorífica historia del hombre que se quedó atrapado en una nube
¿Es posible sobrevivir a las denominadas nubes Cumulonimbus? Es muy difícil, pero un piloto de un caza lo consiguió.

¿Sabrías explicar en qué consisten las nubes Cumulonimbus? Este fenómeno natural provoca una gran inestabilidad a las aeronaves, llegando a producir importantes turbulencias a su paso. En el ámbito de vuelo, no son peligrosas debido a la gran masa del avión y, por supuesto, la velocidad que lleva. Ahora bien, ¿qué crees que podría ocurrir si, en mitad de estas concentraciones de vapor, todos los motores se apagasen? En principio nada, ya que las aeronaves están preparadas para poder planear durante decenas y decenas de kilómetros.
Ahora bien, ¿y si estamos hablando de un avión de combate o caza? Es posible que terminasen cayendo en picado. Hace unas décadas, 2 unidades del F-8 Crusader sobrevolaban un área en la que había una gran concentración de nubes Cumulonimbus. El piloto de una de estas aeronaves, el teniente coronel William Rankin, notó pérdida importante de potencia en el motor. En ese momento, estaban adentrándose en esta columna de nubes, por lo que incrementó la altitud con el objetivo de pasar por encima. Como podrás imaginar, la maniobra no salió como se esperaba.
¿Qué crees que ocurrió? El piloto pasó inmerso en la nube un total de 40 minutos. Sí, físicamente es posible. De hecho, tan solo han podido reportarse 2 casos en los que las personas implicadas pudieron salir con vida, siendo este piloto uno de ellos. Veamos qué es lo que ocurrió para que pudiese salvar la vida, cómo es posible que permaneciera tanto tiempo en vuelo y, por supuesto, por qué el título del libro que escribió posteriormente el suceso, denominado 'El hombre que montó el trueno' cobra todo el sentido.
Pudo escapar de las nubes Cumulonimbus gracias a la física conocedora por el piloto
El piloto era consciente de que una entrada en pérdida de altura significaba la muerte. Por este motivo, decidió pulsar el botón de eyección con el objetivo de no acabar inmerso en la bola de fuego al tocar el suelo. El problema, tras ello, estaba directamente relacionado con la descompresión instantánea que se producía en la cabina. Tal y como contó en numerosas ocasiones, experimentó sensaciones que lo llevaron al borde del abismo.
La descompresión provocó un entumecimiento inmediato de su cuerpo, llegando a sangrar por los ojos. Las temperaturas en el exterior eran de unos 50 grados bajo cero, por lo que sabía que no podía apretar la maneja para que el paracaídas hiciera la función. De hecho, disponía de un barómetro que estaba sincronizado con el cierre para que no se abriese demasiado pronto. Y así fue. El problema es que, una vez abierto, la presión del aire caliente le hizo ascender de nuevo centenares de metros.
A cada impulso debía contener la respiración por un tiempo para evitar problemas relacionados con el aparato respiratorio. Tras, finalmente, ser expulsado por una corriente de aire, terminó cayendo en las proximidades de un árbol y ya sí, fuera de peligro. Al mirar nuevamente el reloj pudo comprobar cómo había estado dentro de la nube hasta un total de 40 minutos. Magullado por todas las partes de su cuerpo, fue asistido por los servicios de emergencia. Tras lo acontecido, lo pudo plasmar en un libro en el que cuenta la experiencia.
El suceso tuvo lugar en el año 1959. Casi 50 años después, Rankin murió a los 88 años, pasando a la historia como una de las pocas personas registradas que han podido salir con vida de este fenómeno natural. ¿Imaginas encontrarte en el interior de estas formaciones de vapor, hielo, actividad eléctrica y vientos a toda velocidad? Podemos entender a la perfección que no recordase haber estado tanto tiempo en el interior.