Los atunes han descubierto el mejor lugar para rascarse, pero hay un problema: es la piel de los tiburones

Por qué los atunes, en vez de sentirse en peligro, aprovechan la presencia de los tiburones para rascarse.

Los atunes han descubierto el mejor lugar para rascarse, pero hay un problema: es la piel de los tiburones
El atún se aprovecha de la piel de los tiburones para eliminar todo tipo de parásitos. Imagen: National Geographic
Publicado en Ciencia

¿Te has preguntado alguna vez cómo se rascan aquellos animales que no tienen patas? Un león o un caballo pueden usar sus zarpas y pezuñas, respectivamente, pero lo cierto es que hay algunos otros que no cuentan con extremidades para poder hacerlo. Esto nos lleva, directamente, a pensar en los peces. ¿Cómo puede, por ejemplo, un atún rascarse? Aunque parezca mentira o ciencia ficción, lo cierto es que este animal utiliza a los tiburones para poder calmar los picores que, en ciertas ocasiones, sufren.

Así lo ha podido corroborar un estudio realizado recientemente y que ha sido publicado en el medio especializado PLOS One. La investigación se ha centrado en multitud de imágenes con el objetivo de descubrir el comportamiento de uno de los animales objeto de pesca más grandes del mundo. Ahora bien, ¿por qué tienen que apoyarse en estos animales depredadores? Para encontrar una explicación, es fundamental conocer cuál es el entorno en el que se sitúa, sobre todo, esta especie.

Veamos, por tanto, cuáles son las conclusiones más interesantes a las que ha llegado el estudio, por qué se trata de un comportamiento muy extendido en el seno de esta especie y, por supuesto, hasta qué punto nos encontramos ante una opción lógica tras conocer las claves sobre las que se apoya esta afirmación. ¿Quién nos iba a decir que un animal de estas características utilizaría al rey de los océanos para su propio interés y satisfacción?

Por qué los atunes van en búsqueda de los tiburones para rascarse

Los atunes aprovechan la piel rugosa de los tiburones con el objetivo de calmar el picor. Ahora bien, ¿es la mejor decisión? Ciertamente, los atunes no es una de las presas que están en el menú de los escualos, por lo que no suponen un peligro para su integridad. De igual manera, nos encontramos ante un animal que vive en aguas abiertas y a una determinada profundidad, por lo que utilizar rocas presentes en el fondo marino no parece ser una buena idea. Ante esta falta de elementos físicos, lo más accesible termina siendo el propio cuerpo de un tiburón.

Ahora bien, ¿por qué esto es una práctica fundamental en el día a día de los atunes? Entre las diversas causas que podría haber, cabe destacar la presencia de parásitos alojados en la piel de los propios peces. Esto, si no se trata, puede derivar en importantes problemas capilares. Por este motivo, es necesario rebozarse contra otra superficie para desincrustarlos. La piel de los tiburones cuenta con dentículos dérmicos, los cuales consiguen raspar todo aquello que tocan. El chollo es, sin duda alguna, aprovechar la presencia de un tiburón ballena y su dócil comportamiento.

Las conclusiones del estudio demuestran, a este nivel, la importancia de que haya un elevado número de tiburones en el océano. Al fin y al cabo, no solo se encuentran en lo más alto de la cadena trófica dentro del agua, sino que también consiguen llevar a cabo funciones adicionales como la descrita anteriormente. ¿Qué podría ocurrir si, llegado el caso, el número de escualos fuera muy inferior al actual? Posiblemente, esta carencia provocaría que peces de la talla de los atunes pudieran desarrollar relacionadas con sus escamas.

Esta es una clara demostración sobre cómo las especies conviven las unas con las otras con el objetivo de evolucionar para adaptarse a los nuevos entornos que ofrece la naturaleza. Es cierto que ambas categorías de animales han vivido un fuerte descenso en relación a generaciones pasadas, pero aún siguen fuera de la lista de las especies en peligro de extinción.

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