Los orangutanes nos vuelven a sorprender. Su lenguaje parece tener una complejidad comparable al humano
Investigadores descubren que estos grandes simios emplean una sofisticada gramática de tres niveles en sus llamadas de alarma

Un reciente estudio publicado en la revista científica Annals of the New York Academy of Sciences está sacudiendo los cimientos de algo que creíamos exclusivo de nuestra especie. Investigadores de la Universidad de Warwick han descubierto que los orangutanes emplean patrones vocales de tal complejidad, que únicamente pueden ser comparados con el lenguaje de nuestra especie. ¿Podríamos tener un pasado común con nuestros ancestros, no solo en aspectos físicos, sino también en la manera en que nos comunicamos?
Los orangutanes y sus estructuras vocales complejas
Para comprender la magnitud de este descubrimiento, lee esta frase: "Este es el perro que persiguió al gato que mató a la rata que se comió el queso". Esta estructura, donde los elementos se van anidando, es un ejemplo perfecto de lo que se conoce como recursión. La recursión permite, como si se tratase de una muñeca rusa, generar una variedad infinita de mensajes complejos a partir de un conjunto finito de elementos. Durante mucho tiempo, esta se pensaba que era la piedra angular que otorgaba a nuestro lenguaje toda su complejidad.
Ahora, el equipo de investigadores, liderado por la doctora Chiara De Gregorio, perteneciente a la Universidad de Warwick, ha puesto en entredicho esta teoría. La propia doctora, en un reciente comunicado publicado por la propia institución, asegura:
Al analizar los datos vocales de las llamadas de alarma de las orangutanes de Sumatra hembras, descubrimos que la estructura rítmica de sus sonidos se autoincrustaba en tres niveles: una impresionante recursión de tercer orden. El hallazgo de esta característica en la comunicación de los orangutanes desafía la idea de que la recursión sea exclusiva de los humanos.
La estructura de tres niveles observada en las llamadas de los orangutanes se manifestaba de la siguiente manera. Primero, sonidos individuales que formaban pequeñas combinaciones. Después, las combinaciones se agrupaban en secuencias más largas. Por último, estas secuencias se organizaban en series aún mayores. Se ha comprobado, además, que cada uno de estos niveles seguía un patrón rítmico consistente.
Los científicos constataron que los orangutanes modificaban el ritmo de sus llamadas de alarma dependiendo del tipo de amenaza percibida. Ante un peligro real, como podría ser un tigre, sus vocalizaciones eran más rápidas y urgentes. En cambio, si se encontraban con algo que simulaba una amenaza, como podía ser una tela con manchas de colores, sus llamadas eran más lentas y menos regulares.
Esta adaptación demuestra que no se tratan de simples ruidos, sino del uso de la recursión vocal para transmitir información vital sobre su entorno. La doctora Chiara De Gregorio, investigadora de la Universidad de Warwick, señala que "este descubrimiento muestra que las raíces de una de las características más distintivas del lenguaje humano, la recursión, ya estaban presentes en nuestro pasado evolutivo".
Además, añade que "los orangutanes, con sus sofisticadas vocalizaciones, nos están ayudando a comprender cómo las semillas de la estructura del lenguaje podrían haber comenzado a germinar hace millones de años". Ahora, estamos un paso más cerca de comprender cómo ha ido evolucionando el lenguaje desde sus inicios.