Murió hace 30.000 años, pero este animal fosilizado parece seguir intacto. Todo ha sido gracias a una erupción volcánica

La conservación de plumas es habitual en fósiles hallados en antiguos lagos o rocas de lodo, pero en pocas ocasiones entre ceniza del pasado

Murió hace 30.000 años, pero este animal fosilizado parece seguir intacto. Todo ha sido gracias a una erupción volcánica
Instantes finales de un buitre de hace 30.000 años recreados mediante IA
Publicado en Ciencia

Quienes dedican su vida a estudiar fósiles alrededor del mundo, seguramente se habrán topado con hallazgos realmente curiosos, extraños e, incluso, algunos que desafían la lógica establecida. Quizás, en este último grupo podríamos enmarcar al descubrimiento realizado allá por el año 1889 y que había pasado inadvertido hasta hace unos meses, cuando un equipo internacional de científicos ha corroborado que se pueden conservar restos fósiles en sedimentos volcánicos.

El fósil de buitre perfectamente conservado

Un equipo liderado por la doctora Valentina Rossi, perteneciente a la Universidad de Cork, ha publicado un artículo en la revista científica Geology en el que exponen cómo rocas volcánicas pueden preservar detalles microscópicos en plumas de animales de hace 30.000 años. Ser enterrado en estos sedimentos es una terrible tortura, pero también una manera ideal para la conservación de los tejidos.

Imagen de la pluma fosilizada hallada entre rocas volcánicas

Imagen de la pluma fosilizada hallada entre rocas volcánicas

La investigación ha revelado un tipo de preservación de tejidos, dentro de una fase mineral conocida como zeolita, que nunca antes había sido observado. El buitre analizado fue hallado en 1889 cerca de la ciudad de Roma en un excelente estado de preservación. La doctora Valentina Rossi, en declaraciones recogidas en el comunicado publicado en EurekAlert, asegura:

Las plumas fósiles normalmente están preservadas en antiguas rocas de lodo de lagos. El buitre fosilizado está preservado en depósitos de cenizas, lo que es extremadamente inusual. Al analizar el plumaje del fósil de buitre, nos topamos con un territorio inexplorado. Estas plumas no se parecen en nada a lo que normalmente vemos en otros fósiles.

En cuanto a esos minerales conocidos como zeolitos, que son ricos en silicio y aluminio y comunes en asentamientos volcánicos, la experta de la Universidad de Cork afirma que "se pueden formar como minerales primarios (con bonitos cristales) o como minerales secundarios, durante la alteración natural del vidrio volcánico y la ceniza, dando a la piedra un aspecto de roca de lodo".

Dado que las estructuras de las plumas de este buitre fosilizado estaba perfectamente conservadas, los investigadores aseguran que "el cuerpo fue sepultado en un depósito piroclástico de baja temperatura". A partir de ahora, la comunidad científica ya sabe que si se encuentra con depósitos de erupciones volcánicas, puede que bajo la superficie se puedan topar con animales o plantas conservadas de una manera ideal para ser analizadas en profundidad. La profesora Maria McNamara declara:

El registro fósil está continuamente sorprendiéndonos, ya sea con nuevas especies, extrañas nuevas formas corporales o, como en este caso, nuevos estilos de preservación fósil.

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