Ni perros ni mascotas. Ahora ya sabemos a qué especie pertenecían estos famosos cachorros de la Edad de Hielo
Un nuevo análisis genético reescribe la historia de unos célebres cachorros hallados en Siberia, que siempre se había creído que eran los primeros perros

Durante años, los científicos sopesaron la posibilidad de que los llamados cachorros de Tumat, dos animales encontrados intactos en el permafrost siberiano, podían ser los primeros perros domesticados jamás hallados. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista científica Quaternary Research, aunque no tenemos el enlace al mismo, y liderado por la Universidad de York acaba de desmentir el relato. Eran hermanas, de unos dos meses de edad, y de una especie con un menú digno de un depredador adulto.
El regreso de los lobos del Pleistoceno
Los restos de estos animales fueron descubiertos en 2011 y 2015, a unos 40 kilómetros del pueblo de Tumat, en el norte de Siberia, junto a huesos de mamut procesados por humanos. El contexto, como podrás imaginar, sugería una posible convivencia y varias preguntas: ¿habrían sido criados por humanos? ¿Estamos ante los primeros perros domesticados de la historia? El análisis más reciente parece que es un rotundo no.
Las crías, por una parte, no muestran signos de violencia. La opción más probable es que murieran en su madriguera tras un derrumbe, aunque lo más asombroso acerca del hallazgo se encontraba en su interior: en sus estómagos había restos de carne de rinoceronte lanudo, además de restos vegetales y, en una de ellas, un pequeño pájaro. Estos indicios apuntan a una dieta mixta, como la de los lobos moderno, solo que con presas mucho más grandes.

Imagen de archivo de uno de los cachorros de lobo encontrados en Siberia
Anne Kathrine Runge, autora principal del estudio, asegura que “aunque muchos se sentirán decepcionados de que estos animales sean casi con certeza lobos y no perros domesticados tempranos, nos han ayudado a comprender mejor el medio ambiente en ese momento, cómo vivían estos animales y cuán notablemente similares son los lobos de hace más de 14.000 años a los lobos modernos”.
Los investigadores creen que los adultos de la manada cazaron al rinoceronte lanudo y luego lo llevaron a la madriguera para alimentar a las crías, que aún se amamantaban, pero que ya ingerían carne sólida. Una de ellas murió con un trozo de piel sin digerir en el estómago, lo que revela lo cerca que estuvieron de salir adelante.
Aunque fueron halladas junto a restos que evidencian actividad humana, no hay indicios de que estos lobos convivieran con nuestros antepasados. Esto hecha por tierra la hipótesis que ligaba su pelo negro a una mutación asociada a la domesticación canina. El gen responsable, según parece, ya existía en lobos que nunca llegaron a ser perros.
También se encontraron microfósiles vegetales en sus estómagos, como ramas de sauce, hojas de una especie del género Dryas y gramíneas. Este pequeño detalle pinta un paisaje más rico de lo que imaginábamos: una tundra diversa, capaz de albergar fauna y flora abundante incluso en plena glaciación. Este estudio no solo aclara el linaje de los cachorros de Tumat, sino que reaviva el misterio del perro domesticado, dejándonos con una inquietante pregunta: ¿dónde está el verdadero ancestro común del mejor amigo del ser humano? Por ahora, el título de “primer perro de la historia” continuará vacante.