Parecían delfines prehistóricos, sin embargo eran reptiles y su ataque era temible

No te dejes engañar por su aspecto, ya que estos seres del pasado podían ser tremendamente fieros.

Parecían delfines prehistóricos, sin embargo eran reptiles y su ataque era temible
Recreación mediante IA de un ictiosaurio a punto de comerse a una sepia prehistórica.
Publicado en Ciencia

Hablar de dinosaurios es hablar de seres vivos que dominaron la Tierra hace millones de años y es hablar de cómo especies actuales evolucionaron a partir de estos animales. Existían dinosaurios realmente peligrosos, además de algunos ejemplares de dinosaurios carnívoros, con diversas características comunes. En esta ocasión, te queremos presentar a una especie de delfín de la prehistoria, pero que en realidad era un reptil adaptado al mar.

Ictiosaurios: la era de los depredadores del mar

El término ictiosaurio ya ofrece pistas de lo que nos vamos a encontrar, un 'lagarto con forma de pez'. El género de los ictiosaurios fue descubierto a principios del siglo XIX, cuando la paleontóloga Mary Anning halló un fósil de este animal en Inglaterra y desde entonces los hemos podido estudiar con detenimiento.

A pesar de que su aspecto invita a pensar que estamos ante un pariente lejano de los delfines, nada más lejos de la realidad. Los ictiosaurios no eran mamíferos, sino que eran reptiles. Estamos hablando de uno de los primeros grandes depredadores del mar, que surcaron aguas de Europa en la era Mesozoica.

Los ictiosaurios eran vivíparos, dado que se han encontrado fósiles con crías en el interior de estos animales, podían llegar a medir hasta 2 metros de longitud. Sin embargo, su tamaño no era el mayor punto fuerte de estos dinosaurios para cazar a sus presas. Lo era su velocidad.

Y establecer el origen de estos dinosaurios no es una tarea demasiado sencilla, dado que no parece que existen pruebas concluyentes de que estos animales evolucionasen de parientes terrestres. La teoría más aceptada es que estamos ante un tipo de reptil acuático que fue evolucionando hasta su aspecto final. Las colas acabaron por adoptar la forma de una aleta caudal y las extremidades forma de aleta, lo que les confería un cuerpo mucho más aerodinámico para surcar las profundidades.

Cuando se habla de que los ictiosaurios eran uno de los grandes depredadores marinos, aunque principalmente se alimentaban de moluscos, como la sepia por ejemplo, y peces de pequeño tamaño, se expone la mencionada velocidad y también sus largas mandíbulas.

Llegado el período Jurásico, la competencia se zambulló en el mar, en forma de plesiosaurios. Éstos se convirtieron en los nuevos depredadores reinantes y fue cuando los ictiosaurios tuvieron que especializarse en su faceta veloz, que a la postre sería determinante para su extinción. Terribles eventos, como la reducción del oxígeno de diversos ecosistemas marinos, acabaron por eliminar a muchas de sus presas, con lo que los ictiosaurios se vieron abocados a desaparecer.

Como curiosidad, además de que puedes interactuar con ellos en aventuras digitales como la que te presentamos en la publicación superior, habría que destacar que la última especie registrada fue el Platypterygius hercynicus, cuyos fósiles han presentado un contenido en el estómago de lo más heterogéneo, con peces, pájaros y tortugas como medido desesperado de subsistencia.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!