Pequeños, nocturnos y todos del mismo color. Así eran nuestros antepasados, pero la razón era importante: tenían que defenderse de los dinosaurios
"Estoy asombrado con estudios como este, que parecen hacer lo imposible", declara un conocido paleontólogo de la Universidad de Edimburgo

El ser humano no descansa en su inagotable tarea de conocer cómo era la vida en la Tierra hace millones de años. Gracias al hallazgo y análisis de fósiles, podemos reconstruir antiguas especies extintas y dibujar la línea evolutiva de los seres vivos del planeta. Ahora, gracias a un nuevo estudio, también sabemos que los primeros mamíferos eran pequeños, nocturnos y con un aspecto exterior que les hacía pasar desapercibidos en un mundo muy diferente al que conocemos.
Recreando el tenue y discreto aspecto de los primeros mamíferos
Tenemos que acudir al artículo publicado en la revista científica Science para asomarnos a la Tierra hace más de 120 millones de años. Después de analizar las células responsables de la pigmentación de seis mamíferos, de cinco grupos diferentes, la conclusión es incuestionable: su color externo estaba muy próximo al marrón oscuro. Steve Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo, asegura:
Cuando crecía, todos los libros sobre fósiles decían que nunca conoceríamos el color de las especies extintas. Así que, estoy asombrado con estudios como este, que parecen hacer lo imposible. Este es un fantástico trabajo.
Siempre se ha teorizado que los primeros mamíferos, que podrían haber surgido en el Mesozoico, eran pequeños y más activos por la noche, para evitar a los depredadores. Sin embargo, si hablamos de la piel o el pelo, aún hoy en día los mamíferos no destacamos en el color, como sí sucede con gran parte de las especies de aves que existen en el planeta.
El color, por cierto, no es simplemente una cuestión estética, sino que cumple funciones tan diversas como la termorregulación, el camuflaje, la atracción al sexo opuesto, la comunicación o la defensa. Matthew Shawkey, coautor del estudio y biólogo evolutivo de la Universidad de Gante, ha afirmado en el medio Popular Science:
Los hallazgos confirman lo que pensábamos acerca de los primeros mamíferos, que vivían a la sombra de los dinosaurios. No solo su tamaño y diversidad estaban constreñidas por la presencia de los dinosaurios, sino también su coloración. Básicamente, eran pequeños y comida de dinosaurios.
Para ofrecernos este hallazgo, los investigadores utilizaron una técnica conocida como espectrometría para cuantificar el color de 116 especies de mamíferos modernos y un microscopio de electrones para examinar los melanosomas, compartimentos donde se fabrica y almacena el pigmento dentro de las células pigmentarias. Gracias a la correlación entre el color de pelo y el tamaño y forma de los melanosomas, los científicos pudieron generar un modelo predictivo.
Después, utilizando los fósiles de seis mamíferos descubiertos en el norte de China, los investigadores analizaron con detenimiento los melanosomas fosilizados y aplicaron dicho modelo predictivo. ¿El resultado? Se pudo vislumbrar un grupo de animales, entre los que se encontraban ardillas voladoras o criaturas similares a modernos roedores, con un tono de pelo entre el gris y el marrón. De hecho, en el estudio también se describió por primera vez a la especie Arboroharamiya fuscus.
Sin embargo, el estudio aún debe ser cogido con pinzas, dado lo limitada que fue la muestra de animales utilizada. Una investigación mucho más concienzuda necesitará ser llevada a cabo en los fósiles repartidos por laboratorios y museos de todo el mundo, para poder asomarnos a una época en la que nuestra clase de animales vertebrados aún era un simple aperitivo escurridizo para los dinosaurios.