Por qué los loopings de las montañas rusas no son circulares

La ciencia explica el por qué de esta curiosidad que mucha gente desconoce.

Por qué los loopings de las montañas rusas no son circulares
Los looping de las montañas rusas no son circulares
Publicado en Ciencia

Muchas personas son adictas a la adrenalina que se obtiene de atracciones frenéticas, como sería el caso de las montañas rusas. Una prueba de ello, tal y como te hemos contado en Urban Tecno, es la imagen viral de Jeff Bezos a bordo de Space Mountain en Disneyland, cuál excéntrico millonario sin amigos y con demasiado dinero en el banco. Si pensabas que los looping de las montañas rusas eran circulares, te explicamos por qué no lo son y la razón que se encuentra detrás de ello.

Los looping de las montañas rusas no son circulares y la fuerza de aceleración tiene mucho que ver en ello

Podrías pensar que los círculos son formas perfectas e ideales para construir esas maniobras que te dejan boca abajo en las montañas rusas, pero no podrías estar más equivocado. A juzgar por la información que Matt Anderson, profesor de física de la Universidad de San Diego, nos hace llegar a través del vídeo publicado por Vox, y que te mostramos bajo estas líneas, nuestro cuerpo no está preparado para un looping circular. Esto se debe a que mientras que el vagón nos empuja hacia arriba, nuestro cuerpo quiere continuar en línea recta.

Este tipo de cambio de direcciones hace que las fuerzas de aceleración se incrementen de manera notable, pasando de 1 G a más de 10 G, siendo el valor máximo que un humano podría soportar en una montaña rusa de 6 G, y únicamente durante un segundo, dado que la sangre se distribuye fuera de la cabeza, lo que podría llevar, si fuese una acción continuada, a que la persona se desmaye. Visto esto, es lógico pensar que los looping circulares no hayan tenido continuidad en el tiempo. La primera montaña rusa con looping creada en Estados Unidos, The Flip Flap, fue un tremendo fracaso, tanto por esa forma circular como por contar con madera en su construcción, lo que la hacía tremendamente inestable.

Loop the Loop, el siguiente intento de montaña rusa con looping creada en 1902, mejoró el problema de la madera utilizando acero y cambió la forma circular por una figura más parecida a una gota de agua invertida, con lo que la transición al entrar y salir de la curva era más amable. De esta manera, la fuerzas de aceleración se reducían y el cuerpo humano sufría menores consecuencias. Eso sí, un nuevo problema aparecía en el horizonte: la capacidad. Ninguna de estas montañas rusas podían transportar más de un puñado de personas, debido al pequeño tamaño del looping.

¿Quién estaba ahí para solucionar el problema? Evidentemente, el rey de los parques de atracciones: Walt Disney. En el año 1959, se estrenó en Disneyland la montaña rusa The Matterhorn, que aunque no tenía loopings, sí utilizaba los tubos de acero, que conferían a la atracción la posibilidad de crear arcos y curvas como nunca antes. Fue en 1976, cuando se inauguró la The Great American Revolution en el parque Six Flags Magic Mountain, que utilizó el método de construcción de Disney para crear el primer looping con tubos de acero.

Fue aquí cuando se acuñó el término de loop clotoide, que se hace más y más pequeño al llegar a la cima y que se amplia al llegar a la línea recta. Eran alrededor de 5 G los que se detectaban con este tipo de giro, además de poder albergar vagones con capacidad para 20 personas. A partir de este momento, el resto de montañas rusas simplemente han utilizado este concepto para sumarse a la adicción de millones de personas por la velocidad y las emociones fuertes.

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