Qué le pasa al cuerpo humano cuando está en el espacio
El cuerpo humano en gravedad cero: transformaciones y desafíos de la exploración espacial.

La exploración del espacio ha sido uno de los mayores logros de la humanidad, pero viajar más allá de la atmósfera de la Tierra no viene sin consecuencias para el cuerpo humano. En este artículo, analizaremos a fondo los cambios y desafíos que enfrenta el cuerpo humano durante el viaje espacial, desde los huesos hasta el sistema gastrointestinal.
- Huesos: desafiando la gravedad
- Músculos: usarlos o perderlos
- Neurológico: desafiando la percepción
- Ojos: la visión en el espacio
- Cardiovascular: el corazón en gravedad reducida
- Rendimiento: desafíos cognitivos en el espacio
- Sistema gastrointestinal: adaptándose a la ingravidez
- Efectos ambientales: más allá de la ingravidez
- Radiación espacial: un riesgo omnipresente
- Convertirse en astronauta, tener un traje espacial y batir un récord
Huesos: desafiando la gravedad
La falta de la gravedad terrestre libera a los huesos de la carga que normalmente soportan. Sin la necesidad de soportar la gravedad terrestre, los huesos de la parte inferior del cuerpo, como las piernas, las caderas y la columna vertebral, realizan menos trabajo. Este descenso en la carga resulta en una pérdida de densidad ósea, acompañada de un aumento en el contenido mineral en otras partes del sistema, lo que puede llevar a problemas como el aumento de calcio en la orina y la formación de piedras renales.
Músculos: usarlos o perderlos
Junto con los huesos, los músculos también experimentan cambios notables en el espacio. La disminución de la masa muscular, la fuerza y la resistencia ocurren debido a la reducción del trabajo de las piernas y la espalda al moverse en gravedad reducida. Para contrarrestar esto, los astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS) siguen un estricto régimen de ejercicios. Sin embargo, la debilidad muscular podría dar lugar a lesiones relacionadas con caídas al regresar a la Tierra o dificultar los primeros pasos en Marte.

En el espacio, los músculos de los astronautas enfrentan la paradoja de la ingravidez: la ausencia de resistencia habitual resulta en una pérdida de masa, fuerza y resistencia, desafiando la vitalidad muscular durante las misiones espaciales.
Neurológico: desafiando la percepción
La adaptación al microgravedad presenta desafíos neurológicos significativos. El complejo sistema de circuitos neurales en el cerebro, encargado de mantener el equilibrio, estabilizar la visión y orientar la ubicación y dirección del cuerpo, se ve afectado. La falta de gravedad provoca entradas sensoriales conflictivas, especialmente para el oído interno, lo que puede resultar en desorientación, mareos y pérdida de sentido de dirección durante las misiones espaciales. El retorno a la gravedad terrestre también implica un período de readaptación, con problemas al ponerse de pie, estabilizar la mirada y caminar.
Ojos: la visión en el espacio
Los ojos también experimentan cambios notables durante misiones espaciales prolongadas. Aumento del aplanamiento del globo ocular, edema del disco óptico y alteraciones visuales son algunas de las transformaciones. El síndrome neuro-ocular asociado al viaje espacial(SANS) destaca entre los problemas visuales, causando hinchazón en la parte posterior del ojo. Abordar estos síntomas es crucial antes de emprender misiones más prolongadas, como un viaje de tres años a Marte.
Cardiovascular: el corazón en gravedad reducida
En microgravedad, los astronautas enfrentan disminuciones en el volumen sanguíneo, la tolerancia ortostática y la capacidad aeróbica, junto con un aumento en las arritmias. Aunque el sistema cardiovascular funciona bien en el espacio, el corazón, como músculo, no realiza tanto trabajo sin la influencia de la gravedad. Esta falta de estimulación puede llevar a la desadaptación y una disminución en el tamaño del corazón. El retorno a la Tierra presenta el riesgo de un corazón más pequeño y más débil, lo que podría ponerlo bajo un esfuerzo excesivo.
Rendimiento: desafíos cognitivos en el espacio
La capacidad para realizar tareas se convierte en una preocupación principal para las agencias espaciales. Factores como el confinamiento en espacios reducidos, altas demandas de trabajo, problemas de equipo y tripulación, la pérdida del ciclo día/noche, fatiga y estrés pueden contribuir a una disminución en la función cognitiva. La preservación del rendimiento mental y físico en el espacio es un área de investigación clave para garantizar el éxito de las misiones.
Sistema gastrointestinal: adaptándose a la ingravidez
El sistema gastrointestinal también experimenta cambios debido a la falta de gravedad. La motilidad intestinal disminuye sin la ayuda de la gravedad para mover los alimentos a través del tracto digestivo. Además, la eliminación de desechos presenta desafíos únicos en el espacio. Estos cambios deben abordarse para garantizar la salud digestiva de los astronautas durante misiones prolongadas.

La ingravidez del espacio impacta el sistema gastrointestinal de los astronautas, reduciendo la motilidad intestinal y planteando desafíos únicos en la gestión de la alimentación y eliminación, destacando la adaptabilidad del cuerpo humano en entornos extraterrestres.
Efectos ambientales: más allá de la ingravidez
Estar dentro de una cápsula o estación espacial durante períodos prolongados también afecta al organismo en general. La exposición al ruido durante el lanzamiento, el vuelo y el aterrizaje puede causar pérdida de audición. La falta de estar de pie provoca la pérdida de callos en los pies y los hace más sensibles a las variaciones de presión. Los astronautas en la ISS han desarrollado callosidades en la parte superior de los pies debido al uso de puntos de apoyo en la estación. Además, pueden experimentar irritación cutánea debido al crecimiento microbiano combinado con un sistema inmunológico debilitado.
Radiación espacial: un riesgo omnipresente
Mientras que en la Tierra estamos protegidos de la radiación espacial por la atmósfera, más allá de la órbita terrestre baja, los astronautas enfrentan riesgos significativos. La exposición a la radiación en el espacio puede provocar enfermedades por radiación, efectos en el sistema nervioso central, enfermedades degenerativas y, sobre todo, un aumento en el riesgo de cáncer a lo largo de la vida. Los niveles de radiación en el espacio son aproximadamente 100 veces mayores que los que experimentamos en la Tierra diariamente. Esto equivaldría a someterse a entre 150 y 6,000 radiografías de tórax. La gestión efectiva de este riesgo es fundamental antes de emprender misiones espaciales de larga duración.
Convertirse en astronauta, tener un traje espacial y batir un récord
En el emocionante mundo de la exploración espacial, donde el cuerpo humano experimenta transformaciones notables, los astronautas han llevado los límites de la duración de las misiones a nuevos extremos. Figuras como Valeri Polyakov, quien estableció un récord impresionante de permanencia en el espacio al pasar 437 días en la estación espacial Mir, no solo destacan la resistencia física y mental necesaria, sino también cómo el cuerpo se adapta y enfrenta los desafíos prolongados de la ingravidez.
Este tiempo récord en el espacio está estrechamente vinculado a la vitalidad de los trajes espaciales, auténticas obras maestras tecnológicas que no solo garantizan protección contra la radiación y cambios extremos de temperatura, sino que también representan inversiones significativas, ya que un traje de la NASA que puede costar millones de dólares.
Pero, ¿quién puede aspirar a enfrentar estos desafíos? Convertirse en un astronauta de la NASA no es solo un sueño, sino una realidad alcanzable para aquellos con títulos avanzados en campos científicos, ingeniería o matemáticas, respaldados por experiencia laboral sustancial. Más allá de la educación, la agencia espacial valora habilidades como el liderazgo, trabajo en equipo y comunicación, asegurando no solo aptitud técnica, sino la capacidad de enfrentar las demandas físicas y mentales únicas del viaje espacial. En esta convergencia de récords espaciales, tecnología avanzada y criterios de selección rigurosos, se revela la complejidad y la maravilla de la exploración humana en el espacio.

Convertirse en astronauta de la NASA implica superar rigurosos requisitos académicos y habilidades prácticas, enfrentando así los desafíos únicos que el cuerpo humano experimenta en el implacable entorno del espacio, donde la resistencia física y mental se convierten en requisitos fundamentales para la exploración cósmica.
¿Qué le pasa al cuerpo humano cuando está en el espacio?
En el espacio, la falta de gravedad afecta los huesos, músculos, sistema neurológico, cardiovascular y gastrointestinal de los astronautas.