Reino Unido invertirá casi 1.000 millones en un superordenador: este es el sitio donde lo instalará y su importante misión

La revolución tecnológica británica parece tener un nuevo epicentro y todas las miradas se dirigen a Escocia. La Universidad de Edimburgo será la sede del próximo gran superordenador nacional, una infraestructura científica de vanguardia respaldada por una inversión estatal de hasta 880 millones de euros. Y no estamos hablando solo de silicio y algoritmos, sino también de un gesto político, científico y económico, que coloca a Escocia en el núcleo del futuro tecnológico del Reino Unido.

Edimburgo, motor del futuro tecnológico británico

Este superordenador, que se instalará en el recinto del Advanced Computing Facility de la universidad, superará con creces la capacidad de ARCHER2, el actual superordenador nacional, también alojado en la institución escocesa. Su potencia impulsará desde simulaciones climáticas a investigaciones médicas, pasando por inteligencia artificial aplicada a la seguridad nacional, el diseño de medicamentos o la predicción de pandemias.

En palabras del rector Sir Peter Mathieson, y en un reciente comunicado de la Universidad de Edimburgo, “esta potente supercomputadora impulsará el crecimiento económico al respaldar los avances en medicina, impulsar las industrias emergentes y los servicios públicos y liberar todo el potencial de la IA.”. Y por lo que sabemos, el proyecto no parte de cero.

Imagen de archivo de la supercomputadora ARCHER2

La Universidad de Edimburgo lleva más de 60 años liderando la investigación en inteligencia artificial y computación avanzada en el viejo continente. El centro de supercomputación EPCC, responsable de operar la nueva instalación, ya acumula tres décadas de experiencia en servicios de alto rendimiento. De hecho, Mark Parsons, su director, afirma que “Se trata de sistemas inmensamente complejos y utilizaremos todo lo que hemos aprendido en los últimos 30 años para ofrecer el mejor servicio posible a nuestros miles de usuarios de las comunidades de investigación científica e industrial del Reino Unido”.

Reino Unido parece tener muy claro que una reindustrialización pasa por dar el do de pecho en innovación, con lo que esta inversión se alinea con el conocido como Plan para el Cambio, una agenda que combina la transición tecnológica con la recuperación económica. Rachel Reeves, ministra de Hacienda, fue clara al respecto, asegurando que el superordenador no es solo una máquina, sino que será una herramienta de transformación social.

Parece, por tanto, que los beneficios para la economía local son directos. Se constatan empleos especializados, se atrae talento internacional y se impulsa un ecosistema de colaboración entre universidades, industria y administración. Además, el proyecto evitará que ese talento se marche fuera de Escocia, reforzando su papel estratégico dentro de la nación.

Es por ello, más allá de lo técnico, este superordenador representa una nueva era. Como en el pasado pudo ser la máquina de vapor, hoy la computación avanzada y la inteligencia artificial se perfilan como las fuerzas encargadas de mover una nueva revolución industrial. Y su corazón parece que estará en Edimburgo. Ian Murray, secretario de Estado para Escocia, afirma:

Este es un momento histórico que situará a Escocia a la vanguardia de la revolución tecnológica del Reino Unido. La inversión de 750 millones de libras en la nueva supercomputadora de Edimburgo sitúa a Escocia a la vanguardia de la capacidad informática a nivel mundial.