¿Por qué te vas a la cama tarde si mañana madrugas?
Pocas personas descansan el número de horas que los médicos recomiendan. Normal que te levantes con esa cara y esas ganas.

Seguro que a ti también te ha pasado: mañana suena el despertador pronto, muy pronto. Tú eres consciente y ya desde media tarde te vas mentalizando. Pero llega la noche y con ella, encadenas la lectura del Best-seller de turno con la de tu web favorita, dos episodios de Orange is the new black y acabas en el turno de noche de Twitter contando cómo te hicieron la cobra el sábado. Le horreur.
Un 10% de la población vive con un jet lag perpetuo
Te ha pasado exactamente lo mismo que ayer, algo que esta mañana entre lágrimas de sueño prometías que no volvería a suceder. ¿Por qué te quedas hasta tan tarde cuando tienes que madrugar tanto? Ya te lo decimos nosotros: no eres tú, es la ciencia.
Según publica la revista científica Cell, se debe a una anomalía genética recientemente descubierta por unos investigadores de la Universidad Rockefeller de Nueva York.
Incluso viviendo en una cueva, estas personas tendrían problemas a la hora de dormir
Y es que no es una cuestión de ser vago y perezoso, sino que se debe a una mutación de un gen del reloj de nuestro cuerpo llamado CRY1, según el cual algunas personas simplemente están programadas para funcionar de 2 a 2,5 horas más despacio que el resto de la población.
Para que nos entendamos, se pasan la vida intentando ceñirse a la hora que dicta el lapso de tiempo de 24 horas que conocemos como día -- y que fue elaborado teniendo en cuenta el periodo de rotación del planeta Tierra --, un periodo de tiempo que simplemente no se ajusta a su reloj biológico.
La directora de la investigación, Alina Patke ha resumido así:
Los portadores de esta mutación tienen días más largos de lo que les proporciona el planeta, así que esencialmente pasan su vida intentando ponerse al día.
Así que ni procastinación, ni adicción a las series o a mirar el móvil: aunque viviésemos en una cueva sin entretenimientos, este sector de la población tendría dificultades para conciliar el sueño.
La ausencia de sueño continuada causa graves enfermedades
De hecho, esta analogía es perfectamente válida para poder diferenciar a las personas que sufren esta mutación, ya que en general, en ausencia de distracciones como puede ser en un camping, la mayoría simplemente se dormiría mucho antes, acostumbrándose en cuestión de días al horario solar.
Estos búhos nocturnos a menudo son diagnosticados con síndrome de la fase del sueño retrasada o SFSR, un trastorno que aproximadamente afecta al 10% de la población, según la investigación publicada por la revista divulgativa Cell.
¿Qué es el síndrome de la fase del sueño retrasada?
Muchas de las personas que llamamos noctámbulos simplemente padecen síndrome de la fase del sueño retrasada. El SFSR es un trastorno en el ritmo circadiano del sueño que afecta a una serie de parámetros relativos al sueño, teniendo como referencia a la mayoría de la población; estos son: el tipo de sueño, el ritmo de la temperatura del cuerpo, el nivel de atención del individuo, el ritmo hormonal y otros ritmos biológicos cotidianos.
A diferencia de lo que sucede con la mayoría de nosotros, las personas con SFSR duermen de manera ligera durante las primeras horas y muy profundamente al final. Además, suelen ser bastante inmunes al sonido del despertador y otras alertas sonoras.
Pero ojo, no dormir lo suficiente no solo provoca que nos levantemos más cansados al día siguiente sino que a la larga, sufren más problemas de salud a causa de que su cuerpo sigue intentando adaptarse a los horarios sociales, como pueden ser ansiedad, depresión, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Estas personas simplemente no están preparadas para el día siguiente
Generalmente, el reloj del cuerpo humano dura aproximadamente 24 horas, lo que se traduce en que procesos biológicos cotidianos como la digestión, dormir y reparación celular se ajustan a los días solares. Pero con la mutación del gen CRY1, algunas personas necesitan más tiempo: de 2 a 2,5 horas en promedio.
Este descubrimiento no es reciente, sino que fue constatado hace 7 años cuando una paciente de 46 años acudió a la consulta por problemas de insomnio. La mujer intentó incluso insonorizar su apartamento para evitar cualquier molestia y ni aun así consiguió conciliar el sueño.
Su estudio genético devolvió unos resultados bastante reveladores: tenía una mutación en el gen CRY1, algo que podría explicarlo todo. Y que además, los miembros de su familia compartían, algo que descubrieron posteriormente.
¿Cómo funciona el reloj circadiano?

Reloj biológico humano. Wikipedia
Cada día, nuestro reloj circadiano comienza fabricando proteínas llamadas activadores en nuestro tejido celular. Estos activadores producen a su vez unos inhibidores que en su momento sirven para finalizar la función de las proteínas que los originan. Sin embargo, cuando los activadores funcionan incorrectamente, dejan de producir inhibidores.
En europeos, el SFSR puede afectar al 7,5% de la población
Pues bien, uno de esos inhibidores son los producidos por el gen CRY1. Por tanto, surge un desequilibrio entre el número de activadores e inhibidores cuya repercusión en los ciclos celulares repercute en macroescala al conjunto del cuerpo.
Un hallazgo sorprendente que se estima pueda encontrarse con menor recurrencia entre las personas de origen europeo, llegando a afectar a 1 de cada 75 personas de origen no finés, según cita Sciencealert.
Tras el descubrimiento hallado en la mujer y su familia fue secundado con el estudio de 6 familias turcas en las que 39 miembros padecían SFSR y 31 personas dormían normalmente. Como era de esperar, los portadores de la mutación dormían menos y de forma más irregular. Mientras que para los no portadores el punto álgido eran las 4 de la mañana, los afectados alcanzaban su máximo descanso de 6 a 8 de la mañana.
Afortunadamente, los investigadores son optimistas con las personas que sufren la mutación, solo que simplemente tienen que trabajar más duro para acomodarse a los días de 24 horas gracias a forzar una buena higiene de sueño. Incluso se prevé que se pueda suministrar medicación para ayudar a mitigar tal efecto.