Son capaces de comer y digerir plástico, estos gusanos podrían ser la solución a los residuos contaminantes

¿Y si el plástico pudiese tener un gran potencial en los próximos años? La clave la tiene el gusano de la harina.

Son capaces de comer y digerir plástico, estos gusanos podrían ser la solución a los residuos contaminantes
El gusano de la harina se ha convertido en una potencial solución para reducir el impacto del plástico en los ecosistemas. Wikipedia
Publicado en Ciencia

El plástico se ha convertido en uno de los principales problemas relacionados con la contaminación. Si bien es cierto que no emiten polución tras su producción, con el paso del tiempo van obteniéndose partículas cada vez más pequeñas que sí tienen especial relevancia en los ecosistemas. Los propios seres humanos se ven particularmente perjudicados al ingerir este tipo de restos, ya sea al ingerir otros animales o, simplemente, productos extraídos de la vegetación. ¿Podemos solucionar este problema de increíbles dimensiones?

Una de las soluciones que podría tener un mayor recorrido en el medio y largo plazo es la estandarización de los gusanos de la harina. Esta especie, demás de metabolizar otro tipo de nutrientes, tiene una característica un tanto particular. Pueden deshacerse del plástico al ingerirlo. Veamos, con más grado de detalle, por qué este tipo de gusanos podría ser la solución a los residuos contaminantes en el futuro. Se trataría de una solución que podría acabar con el problema actual.

Gusanos de la harina para luchar contra los microplásticos en el largo plazo

El principal problema del plástico es su resistencia a la descomposición. Al comienzo del uso indiscriminado de esta tecnología, no se pensó en los estragos que estos residuos podrían generar en el planeta. Con el paso de las décadas, se ha podido comprobar cómo la degradación de este material es muy muy lenta. Esto ha provocado que haya incentivos a disminuir su uso. ¿Cómo paliar el daño que se ha afligido a los ecosistemas hasta este momento? La clave la podrían tener los denominados gusanos de la harina.

El funcionamiento gástrico de estos insectos es particularmente interesante para reducir el número de compuestos perjudiciales. Por ejemplo, la espuma de poliestireno, tras solo una semana tras la ingesta, reduce considerablemente su tamaño. Cabe recordar que una simple botella de plástico puede tardar de 20 a 500 años en descomponerse completamente. Se trata, sin duda alguna, de mucho tiempo si tenemos en cuenta el volumen de producción del plástico que aún hay a día de hoy.

Las cadenas moleculares del plástico son ajenas a la degradación, pero lo cierto es que este animal ha podido ingeniárselas para poder ingerirlas sin problema alguna. En los restos analizados tras su eliminación, se puede observar cómo hay una buena parte del material que es asimilado por el insecto. Esto facilita, en gran medida, la utilización potencial de criaderos de estos gusanos en planas de reciclaje. ¿Estamos ante el fin de la difícil degradación del plástico? ¿Y si aún tuviera una oportunidad para seguir siendo un material útil?

El gusano de la harina, cuya finalidad es convertirse en un escarabajo de la harina, será sometido a múltiples pruebas en el futuro para ver qué posibles efectos tiene en esta especie el sometimientos a grandes ingestas de plástico. Habrá que esperar un tiempo, por tanto, para ver qué beneficios se consiguen y, por supuesto, hasta qué punto nos encontramos ante un material con viabilidad potencial para eliminar estos residuos tóxicos. Una nueva vía de investigación se abre para poder valorar el impacto futuro del plástico.

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