Sue Hendrickson, paleontóloga, sobre el Tyrannosaurus rex mejor conservado jamás hallado: "La más grande, la más mala bestia de toda la creación era una hembra"

Aunque no lo creas, la historia de esta mujer está repleta de curiosidades y de un extraordinario hallazgo realizado sin tener una carrera universitaria

Sue Hendrickson, paleontóloga, sobre el Tyrannosaurus rex mejor conservado jamás hallado: "La más grande, la más mala bestia de toda la creación era una hembra"
Imagen de archivo de Sue Hendrickson y de SUE
Publicado en Ciencia

Seguramente, el nombre de Sue Hendrickson o del fósil SUE no te suenen de nada. Sin embargo, en estas líneas queremos destacar la curiosa historia de una mujer y de una hembra de tiranosaurio, que pusieron patas arriba a la rama de la paleontología hace décadas y cuyos nombres aún resuenan en investigaciones, universidades y museos de todo el mundo. Todo comienza en Chicago, concretamente el 2 de diciembre de 1949, localidad donde esta aventurera nació.

La paleontóloga que nos descubrió a la T. rex más extraordinaria

La infancia de Sue Hendrickson fue la de una niña tímida, con un hermano mayor y una hermana pequeña, que devoraba cualquier libro que cayese en sus manos en tan solo un día. Ya desde los cuatro años, Sue asegura que tiene recuerdos de buscar objetos ocultos. De hecho, un bote de latón con perfume que encontró siendo pequeña en la basura aún es conservado como un trofeo del pasado. Sin embargo, circunstancias de la vida hicieron que tuviese que abandonar el instituto, mudándose a California.

A pesar de que tenía en mente acabar sus estudios, Sue acabó viviendo en un barco y pintando los navíos de gente acaudalada. Según la información que puede encontrarse en su antigua página web, parece que el mar y el buceo formaron parte de su vida durante su juventud, hasta que nos plantamos en la década de 1970 en la República Dominicana. Allí descubrió las minas de ámbar, con fósiles de 23 millones de años, y ya no pudo dejar de pensar en ellos.

En otro salto temporal, viajamos con Sue hasta el Perú de 1985. Allí conoció a Peter Larson, presidente del Instituto de Investigación Geológica Black Hills, y comenzó a trabajar como voluntaria. De vuelta a Estados Unidos, llegamos al verano de 1990 y al estado de Dakota del Sur. Dos días antes de abandonar un yacimiento en el que estaban trabajando, la rueda de uno de los vehículos que les transportaba se pinchó y Sue decidió salir a inspeccionar la zona junto con su perro Gypsy. Ese es el momento que le cambió la vida.

En la base de un acantilado, Sue creyó ver lo que parecían ser huesos. Al acercarse, a unos 2,5 metros de altura, comprobó que, efectivamente, eran huesos de la columna vertebral de un gran animal. Tras semanas de excavaciones, el mayor ejemplar de Tyrannosaurus rex fue liberado de su prisión de roca y SUE, nombre con el que se le apodó, fue vendida al Museo Field de Chicago por 8 millones de dólares. Acerca de este hallazgo, Sue Hendrickson aseguraba en una entrevista concedida a The New York Times que:

Naturalmente asocias esos huesos y musculatura gigantes con un macho. Pero cuando la teoría se reveló como la más grande, la más mala bestia de toda la creación podría ser una hembra, pensé que era la cosa más chula que jamás había escuchado.

Sue asegura que mucha gente presupone que tiene una carrera universitaria, aunque no les corrije. Cuando se planteó unirse a la Universidad de Washington, el decano le ofreció una contestación que aclaró las dudas que tenía en aquel momento: "Honestamente, puedes estudiar durante siete años y tomar muestras de polución o puedes volver a bucear para atrapar peces tropicales". El resto, como habrás comprobado, ya es historia de la paleontología.

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