Por qué nunca verás tiburones blancos en un acuario

Hoy en día podemos encontrar multitud de especies animales distintas que se exponen al público en zoos y acuarios. Sin embargo, existe un animal que nunca verás en uno de estos lugares.

Por qué nunca verás tiburones blancos en un acuario
Publicado en Ciencia

En un gran acuario puedes encontrar multitud de especies de peces distintos. De aguas frías, de aguas cálidas, coloridos, grandes, pequeños, etc. Incluso mamíferos como delfines, belugas y otras ballenas. Sin embargo, existe una especie animal que jamás verás en un acuario.

Siempre faltará uno en los grandes acuarios

Nos referimos al gran tiburón blanco. Más allá de su peligrosidad y tamaño, ¿por qué no los encontramos en los más modernos e impresionantes acuarios? La repuesta podrás conocerla durante las próximas líneas.

Por qué nunca verás tiburones blancos en un acuario

El tiburón blanco es uno de los más temidos depredadores. El País

Una curiosa incógnita

Es muy probable que nunca te lo hayas preguntado, pero cuando lo piensas, es bastante curioso. En los acuarios de los grandes zoos se exhiben ejemplares de enormes tamaños, como los tiburones ballena, por lo que la envergadura no parece ser un inconveniente. ¿Dónde se encuentra entonces el problema?

Las películas lo catapultaron a la fama

El tiburón blanco es uno de los animales más espectaculares que existen. Nos encontramos ante un depredador que pertenece a la familia de los peces cartilaginosos, como cualquier otro tiburón. Conocido por casi todo el mundo, se ha hecho famoso gracias a documentales y películas de gran éxito.

Sabemos que existen muchos acuarios donde podemos ver distintos tipos de tiburones. Desde tiburones tigre hasta tiburones toro, pasando por cabezas de martillo y tiburones azules. Por lo tanto, el problema tampoco se encuentra en el hecho de que sea un tiburón, ¿o sí?

Debes tener en cuenta que todos estos seres tendrían que estar en su hábitat natural, siendo libres y nadando a sus anchas por el océano. Cuando el hombre los captura y los encierra para que puedan ser expuestos, se generan una serie de consecuencias que afectan directamente a los animales. En el caso del tiburón blanco, estos efectos son devastadores...

Una triste historia

El tiburón blanco es un animal que cuando es libre, recorre grandes distancias cada día. Necesita estar en constante movimiento, ya que el paso del agua a través de sus branquias le permite tomar el oxígeno de manera adecuada. Ya puedes imaginar que en un acuario estas cosas son totalmente imposibles.

Era extraño que soportaran más de una semana

Como podemos leer en Mental Floss, durante la fiebre de los tiburones generada por la mítica película de Spielberg, acuarios de todo el mundo fijaron su atención en estas impresionantes criaturas.

Las distintas instituciones tuvieron que conocer los problemas que esto generaría por la fuerza. Cuando los primeros zoológicos consiguieron hacerse con ejemplares del tiburón blanco, no tardaron en darse cuenta de que algo extraño ocurría.

Los ejemplares pronto comenzaban a mostrar comportamientos anómalos, chocando incluso contra los cristales limítrofes, hiriéndose. La falta de movimiento impedía que pudiesen conseguir el oxígeno suficiente, llevándoles en ocasiones hasta la muerte.

Algunos expertos creen incluso que los materiales como el cristal confundían al sistema electrorreceptivo del tiburón, que les ayuda a orientarse en las profundidades. Las consecuencias, por tanto, no eran pocas.

Como reflejan en IFLSCIENCE!, apenas tenemos constancia de que un tiburón blanco haya sobrevivido más de dos semanas en cautividad. Esto ocurrió en el Monterey Bay Aquarium en el año 2004, aunque claro, nos encontramos ante una rara excepción.

Sin embargo, muchas otras instituciones han sufrido la muerte de ejemplares en pocos días. Un ejemplo bastante reciente fue el Okinawa Churaumi Aquarium de Japón, que llegó a perder un impresionante ejemplar en apenas 3 días.

Seres que no sobreviven sin libertad

El gran tiburón blanco no es el único animal que no puede soportar vivir el cautividad. Existen otros casos realmente curiosos, y es que cuando intentamos encerrar la naturaleza entre unos barrotes o cristales, podemos hacer mucho daño.

Encerrar la naturaleza tiene consecuencias

Como apuntan desde La Razón, el tarsero es un claro ejemplo de ello. Este pequeño primate de grandes ojos es incapaz de vivir encerrado. Su sufrimiento es tan grande que, en ocasiones, llega a quitarse la vida, o simplemente se deja morir.

Por qué nunca verás tiburones blancos en un acuario

El tarsero es un pequeño primate originario del Sudeste Asiático. Blogspot

Los expertos creen que estos comportamientos son sobre todo debidos al estrés. El cautiverio provoca un malestar constante en estos pequeños animales, haciéndoles enfermar con mucha facilidad, e incluso provocándoles todo tipo de úlceras y hemorragias internas.

Estos son sólo algunos ejemplos de las consecuencias que puede traer capturar y encerrar animales que vivían en libertad. Estas prácticas no deberían realizarse a menos que fuese totalmente necesario, en casos de tratamiento y rehabilitación de especies animales.

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