Tiene más de 2.000 años y ha sido hallada en Nueva Orleans: esta lápida romana tiene toda una historia detrás
El descubrimiento resuelve un misterio histórico que conecta a un soldado romano, la Segunda Guerra Mundial y una familia estadounidense
En ocasiones, la historia se esconde en los lugares más insospechados. Te vamos a invitar a un viaje hacia la ciudad de Nueva Orleans, concretamente al jardín trasero de una casa, para contarte la historia de cómo una losa de mármol de 2.000 años de antigüedad ha pasado desapercibida durante décadas. Y no estamos hablamos de una pieza decorativa cualquiera, sino de una auténtica lápida romana que conecta una desaparición con la Segunda Guerra Mundial. ¿Quieres resolver con nosotros el misterio?
Una lápida romana en un jardín de Nueva Orleans
Una de las protagonistas de la historia se llama Erin Scott O’Brien, quien recibió una llamada inesperada de su exmarido cuando llevaba a su hija al colegio. Este le dijo que no se lo iba a creer y que mirase el teléfono móvil. Allí observó su antigua vivienda, en el barrio de Carrollton, en una reciente noticia en la que se explicaba que había aparecido una lápida romana en el jardín.
Erin estaba en shock. Ella misma había colocado aquella lápida en ese lugar, en el momento en que compraron la casa. En realidad, la lápida era un recuerdo que habían heredado de sus abuelos y que, aunque la consideraba una obra de arte, había decidido enterrarla entre unos arbustos cuando empezó a decorar el jardín. Al vender esa casa, ni se acordaba el recuerdo que dejaba detrás.

La lápida a los pies de Daniella Santoro y su marido
Pero, ¿de dónde sale esta lápida? Según la información publicada en la página web de la organización Preservation Resource Center of New Orleans, su origen se remonta a Italia. El abuelo de Erin Scott O’Brien, Charles Paddock Jr., sirvió como soldado en ese país durante la guerra y allí conoció a su esposa, Adele. Se casaron en 1946 antes de regresar a Nueva Orleans. En su casa, el excombatiente poseía una vitrina con diversos objetos, entre ellos la losa de mármol que, con el tiempo, se transmitió a la siguiente generación.
Sin embargo, nadie supo nunca de dónde había salido. Lo que sí se sabe ahora es que el museo de Civitavecchia, al norte de Roma, fue arrasado por los bombardeos aliados entre 1943 y 1944, perdiendo gran parte de su colección en la Segunda Guerra Mundial. Entre las piezas desaparecidas se encontraba, precisamente, la lápida de un marinero llamado Sextus Congenius Verus, muerto en el siglo II. Pero, ¿quieres rizar aún más el rizo?

Imagen de archivo de Charles y Adele Paddock
Resulta que quienes compraron la casa con la losa fueron Daniella Santoro, antropóloga en la Universidad de Tulane, y su marido. Al limpiar el jardín la descubrieron y, sospechando su relevancia, acudieron a expertos como el profesor Ryan Gray y a colegas de universidades locales e internacionales, como la profesora Susann S. Lusnia. Tras meses de investigación, las inscripciones latinas confirmaron que se trataba de la lápida desaparecida en Italia y que la traducción de la inscripción dice:
A los espíritus de los muertos por Sexto Congenio Vero, soldado de la flota pretoriana Misenense, de la tribu de los Bessi, que vivió 42 años y sirvió 22 en el ejército, en el trino Asclepio. Atilio Caro y Vecio Longino, sus herederos, hicieron de esto un honor muy merecido.
Tiempo más tarde, fue dicha profesora la que viajó hasta Civitavecchia para comprobarlo con el personal del museo el verdadero origen de la lápida. El caso es tan relevante, que está en manos del equipo de delitos artísticos del FBI, que coordina la repatriación. Eso sí, aún queda la incógnita que de cómo llegó exactamente a manos de Charles Paddock.
Podría ser que la adquiriese en el mercado negro o que, simplemente, se la llevase como recuerdo, en el caos de aquella Italia bombardeada. Erin Scott O’Brien ha asegurado que "es maravilloso que vuelva a donde pertenece". Tras más de dos milenios, parece que la lápida de Sextus Congenius Verus está a punto de volver a su lugar de origen.