Un fósil de 85 millones de años devuelve la vida a un antiguo monstruo marino y no era un dinosaurio

Los paleontólogos han conseguido encontrar una nueva especie de reptil marino que vivió en la época de los dinosaurios (aunque no era uno de ellos)

Un fósil de 85 millones de años devuelve la vida a un antiguo monstruo marino y no era un dinosaurio
Los elasmosaurios eran reptiles marinos con grandes cuellos
Publicado en Ciencia

Hace 85 millones de años, un enigmático “monstruo marino surcaba los océanos del Cretácico tardío. Recientemente se le ha identificado como Traskasaura sandrae, este reptil marino fósil representa una especie totalmente nueva y peculiar dentro del grupo de los elasmosaurios, un tipo de plesiosaurio caracterizado por su cuello largo y su vida en los mares de lo que hoy es América del Norte.

Con una longitud de aproximadamente 12 metros y una mandíbula repleta de dientes afilados ideales para triturar presas, el Traskasaura destacaba por sus rasgos anatómicos únicos. Según el paleontólogo F. Robin O’Keefe, autor principal del estudio publicado en Journal of Systematic Palaeontology, este reptil posee una mezcla inusual de características primitivas y avanzadas, especialmente en su estructura de hombros, nunca vista en otros plesiosaurios.

Los dinosaurios no solo aterrorizaron la Tierra hace millones de años

El primer fósil de Traskasaura fue descubierto en 1988 a orillas del río Puntledge en la isla de Vancouver, Canadá. Aunque se trataba de un ejemplar notablemente completo, con cráneo, cuello, extremidades y cola, su identificación precisa permaneció en duda por décadas. No fue sino hasta el hallazgo de un esqueleto juvenil en 2020, también bien conservado, que los científicos pudieron confirmar la existencia de este nuevo género y especie. Este es un caso típico de cómo nuevos descubrimientos y tecnologías ayudan a una identificación más precisa de los especímenes.

Una de las características más impresionantes de Traskasaura es su cuello extraordinariamente largo, con al menos 36 vértebras cervicales preservadas, lo que sugiere que pudo tener más de 50 en total. Además, poseía aletas con forma de “alas de avión invertidas” y una estructura de hombro que se abría hacia abajo, elementos que apuntan a un estilo de caza muy particular: lanzarse desde arriba sobre su presa, como un depredador aéreo tales como los halcones actuales, pero bajo el agua.

Este modo de caza lo habría hecho especialmente eficaz contra presas como los ammonites, moluscos con conchas duras comunes en esa época, cuyas defensas habrían sido fácilmente trituradas por los dientes de Traskasaura. El descubrimiento ha sido destacado por su rareza evolutiva. Aunque inicialmente se pensó que el fósil podría estar relacionado con plesiosaurios antárticos, análisis posteriores confirmaron que se trataba de una línea evolutiva distinta, desarrollada de forma convergente.

Para terminar y, en resumen, Traskasaura sandrae representa una revelación fascinante en la paleontología marina, no solo por su anatomía única, sino también por su papel como depredador altamente especializado en los antiguos mares del Pacífico norte. El Cretácico, junto al Jurásico (un periodo anterior), fueron las dos mayores eras de expansión de los dinosaurios, pero había muchos más animales que estos. En los cielos y en el mar los dinosaurios no pudieron conquistar terreno, pero sí los reptiles marinos como el Traskasaura.

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