Un nuevo hallazgo antropológico puede cambiar cuanto creíamos saber de las pirámides: su exclusividad, en duda
La vida en ciertas zonas del antiguo Egipto pudo ser más compleja de lo que nunca antes habíamos imaginado

Imagínate vivir en la antigua ciudad de Tombos, ahora perteneciente a Sudán, allá por la época donde los faraones dictaban el futuro de su pueblo. Desde hace décadas, creemos que las pirámides se construyeron para que los más acaudalados y poderosos tuviesen una morada eterna donde descansar. Sin embargo, una reciente investigación parece poner patas arriba la concepción que teníamos de la vida en el antiguo Egipto.
Replanteándonos la organización social en Egipto
Un equipo internacional de investigadores ha publicado un artículo en la revista científica Journal of Anthropological Archaeology, en el que nos quieren hacer entender cómo de compleja era la sociedad del Egipto de los faraones. Para ello, tenemos que acudir a la ciudad de Tombos, un punto estratégico para consolidar el control de la región de Nubia.

Plano del cementerio de la ciudad de Tombos
A pesar de que puedas imaginar que el pueblo egipcio conquistó esta tierra, su convivencia con los habitantes de la región propició que egipcios y las personas autóctonas de Nubia compartiesen espacios y costumbres. Estudios previos siempre habían descrito a los habitantes de esta región como oficiales, escribas o artesanos, ciertamente alejados de las labores más físicas. Sin embargo, este nuevo estudio ha encontrado algunos matices.
A través de análisis en los puntos donde músculos y ligamentos se unen con los huesos, los investigadores han demostrado que algunas de las personas enterradas en las pirámides de la ciudad de Tombos mostraban evidencias físicas de un desgaste importante en esos puntos anteriormente descritos. Esto, que podría no parecer tener más importancia, es un claro indicativo de que estas edificaciones también albergaban a trabajadores con oficios de gran carga física.
Por el contrario, aquellos enterramientos llevados a cabo en construcciones de estilo nubio sí muestran a individuos con una actividad física mucho más moderada. Lo que indicaría que en las pirámides sí se enterraban personas de distintas clases sociales, mientras que las tumbas originales de Nubia parecían estar reservadas para personas de un rango mayor.
Además, a través de análisis de isótopos de estroncio, los científicos aseguran que tanto locales como egipcios exhibían un nivel similar de actividad física, lo que indica que ambas comunidades desempeñan labores similares. Gracias a la distribución de las tumbas, también se sabe que esta no era una sociedad estratificada, ya que la élite compartía espacio con personas de oficios más físicos. Parece que la veneración de los ancestros era lo que verdaderamente organizaba este tipo de espacios de última morada en la Tierra.