Un planeta similar al nuestro 'bombardeó' a la Tierra hace millones de años. Podría ser clave para encontrar vida en el espacio exterior
La búsqueda de vida en el universo podría depender de comprender los eventos catastróficos que dieron forma a los planetas

La historia de la Tierra estuvo marcada por eventos cósmicos de gran magnitud, y uno de los más determinantes fue el impacto de un protoplaneta llamado Theia, de tamaño similar a Marte, hace aproximadamente 4.500 millones de años. Este choque no solo dio origen a la Luna, sino que también dejó huellas profundas en la evolución geológica y atmosférica de nuestro planeta.
Las evidencias indican que el material expulsado por la colisión se fusionó con la Tierra, aportando elementos esenciales como carbono, nitrógeno e hidrógeno, fundamentales para la química de la vida. También se ha teorizado que la energía liberada pudo haber derretido la superficie terrestre, generando un océano de magma que posteriormente influyó en la distribución de los continentes y en la formación de la atmósfera primitiva.
Pero este no es un evento único en el cosmos. Astrónomos han identificado indicios de colisiones similares en otros sistemas estelares, lo que sugiere que estos impactos pueden ser comunes en la formación de planetas rocosos y podrían desempeñar un papel clave en la creación de mundos habitables.

Impresión artística de la Tierra primitiva, mostrando su atmósfera rica en metano y el impacto de colisiones cósmicas en su evolución
Impactos catastróficos en exoplanetas
Gracias a telescopios avanzados, los científicos han detectado emisiones de radio provenientes de estrellas enanas rojas, como YZ Ceti, que podrían ser consecuencia de interacciones extremas entre sus planetas y el campo magnético estelar. Algunas de estas señales podrían indicar la presencia de colisiones recientes, similares a la que formó la Luna en la Tierra.
Los datos sugieren que estos impactos no solo destruyen cuerpos planetarios, sino que pueden desencadenar procesos geológicos y químicos esenciales para la evolución de la vida. Un choque masivo puede enriquecer la atmósfera de un planeta con moléculas orgánicas, alterar su composición y cambiar su clima a largo plazo.
Además, algunas colisiones pueden generar satélites naturales, como ocurrió con la Luna, que a su vez influyen en la estabilidad del eje del planeta y en la regulación de su temperatura, factores cruciales para la existencia de vida a largo plazo.
La conexión entre exoplanetas y la vida
El hallazgo de miles de exoplanetas en la última década ha cambiado nuestra comprensión del universo. Algunos de estos mundos orbitan dentro de la zona habitable de sus estrellas, donde las temperaturas permitirían la presencia de agua líquida. Sin embargo, esto no es suficiente para garantizar que sean aptos para la vida.
La historia geológica de un planeta, marcada por impactos, actividad volcánica y procesos químicos en su atmósfera, es determinante para evaluar su potencial habitabilidad. Si los impactos como el de Theia son comunes, podrían estar desempeñando un papel crucial en la evolución de otros mundos.
Comprender estos eventos cósmicos nos acerca un poco más a responder una de las preguntas más fascinantes de la humanidad: ¿estamos solos en el universo? La clave podría estar en los rastros de antiguas colisiones en planetas potencialmente habitables que, como la Tierra, hayan recibido los ingredientes necesarios para el surgimiento de la vida.