Un rover enviado a Marte encuentra un ciclo de carbono. ¿Existía vida en el Planeta Rojo antes de nuestra llegada?
Este planeta aún guarda muchos secretos que podríamos ir desvelando con el paso de los años

Si observamos las más recientes imágenes de Marte, podríamos pensar en un planeta inhóspito y sin vida, algo que no es del todo cierto. Hace miles de millones de años, el planeta rojo albergaba agua en su superficie gracias a su cálido clima. Este calor ha desconcertado a los científicos durante décadas, dado que el planeta se encuentra más alejado del Sol que la Tierra y, además, nuestra estrella era menos brillante por aquel entonces. Parece que el dióxido de carbono tenía la respuesta.
El misterio del carbono perdido en Marte
Sabemos que Marte pudo mantenerse caliente debido al dióxido de carbono que envolvía su atmósfera, aunque siempre ha quedado la duda de qué sucedió con el rastro de este elemento. Esta es la cuestión que se plantearon investigadores de la Universidad de Calgary, liderados por Benjamin Tutolo, en un reciente artículo publicado en la revista científica Science. ¿Su imprescindible ayudante? El rover Curiosity, con muestras analizadas por sus instrumentos.
Pero, ¿cómo es posible explicar la existencia de agua líquida en Marte, si los modelos climáticos demandaban grandes cantidades de dióxido de carbono? Los datos ofrecidos por satélites no habían encontrado, hasta ahora, grandes cantidades de este elemento en la superficie del planeta, con lo que había que analizar in situ el terreno. Es aquí donde entra en juego Curiosity, el rover que ha estado explorando el cráter Gale, uno de los mayores depósitos de sedimentos de Marte.
Cuando Curiosity comenzó a ascender al monte Sharp, consiguió ir recopilando muestras de diferentes épocas geológicas. Fue cuando alcanzó el kilómetro de altura cuando se topó con lo que los científicos habían anhelado tanto tiempo: cantidades significativas de un mineral conocido como siderita, un carbonato de hierro que no solo confirmaba la existencia de un antiguo ciclo de carbono, sino que también apoyaba los modelos climáticos desarrollados hasta la fecha.
Sin embargo, el asunto es más complicado de lo que parece. En la Tierra, la tectónica de placas permite reciclar el carbono atrapado en las rocas, devolviéndolo a la atmósfera a través de la actividad volcánica, algo que no sucede en Marte. Parece que el dióxido de carbono quedó atrapado antiguamente en los sedimentos del planeta, lo que provocó que su atmósfera se debilitase y que, por tanto, Marte comenzase un proceso de desertización, reflejo de lo que vemos hoy en día.
El descubrimiento realizado por los científicos de la Universidad de Calgary es un importante avance, pero aún deja incógnitas en el aire, como si sería viable poder mantener Marte con un clima cálido. Además, parece que no siempre el planeta ha sido habitable. Ahora, los investigadores quieren comprobar si la siderita pudo disolverse y ser liberada a la atmósfera, lo que posibilitaría prolongar la habitabilidad del planeta. Mientras tanto, esperaremos en la Tierra nuestro próximo destino.