Una muralla de 4.000 km en Mongolia reescribe la historia: tenía una función más allá de la defensa
Nuevos hallazgos arqueológicos revelan secretos de esta antigua estructura, anterior a la Gran Muralla China

Durante siglos, la Gran Muralla China ha sido el emblema de las construcciones defensivas en Asia. Sin embargo, recientes investigaciones han sacado a la luz una estructura aún más antigua y extensa: una muralla de 4.000 kilómetros que atraviesa Mongolia, China y Rusia. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre las infraestructuras medievales, sino que también desafía las ideas que teníamos en mente sobre su propósito.
La muralla que unía en lugar de dividir
Conocida como el Sistema de Murallas Medievales, MWS por sus siglas en inglés, esta vasta red de muros, zanjas y fortificaciones fue objeto de un estudio liderado por arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Nacional de Mongolia. La investigación, publicada en la revista científica Antiquity, se centró en el denominado Arco Mongol, una sección de 405 kilómetros en el este de Mongolia.
Las excavaciones llevadas a cabo en la provincia de Sukhbaatar revelaron que, a diferencia de las imponentes murallas chinas, esta estructura consistía en zanjas poco profundas acompañadas de montículos de tierra. Lejos de ser una barrera infranqueable, su diseño permitía el tránsito, sugiriendo que su función principal no era defensiva.

Imagen aérea de la zona del yacimiento en Mongolia
Los hallazgos indican que el MWS servía como una herramienta de gestión territorial. Su propósito era controlar el movimiento de personas, ganado y mercancías, canalizándolos hacia puntos estratégicos donde se podía vigilar y facilitar el comercio. Este tipo de enfoque refleja una visión más simbólica del control fronterizo, en contraste con la concepción puramente militar de otras fortificaciones contemporáneas.
Además, en el recinto se descubrieron evidencias de una ocupación prolongada. Se encontraron sistemas de calefacción avanzados, monedas de la dinastía Song y herramientas agrícolas, lo que sugiere que esta era una comunidad estable, que combinaba la ganadería, la caza y la agricultura. Estos hallazgos desafían la imagen tradicional de las poblaciones esteparias como exclusivamente nómadas.

Extensión de la región amurallada que recorre tres países
Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue una tumba datada alrededor de 1440, siglos después de que la estructura dejara de usarse activamente. El entierro, cuidadosamente realizado, indica que el lugar mantenía un significado simbólico o espiritual para las comunidades locales. Además, parece que la construcción de esta muralla coincide con el periodo de la dinastía Jin, fundada por el pueblo yurchen, que dominó enormes regiones del norte de China y Mongolia entre los siglos XII y XIII.
El MWS puede interpretarse como una manifestación del poder Jin. Es por ello que este descubrimiento no solo amplía nuestra comprensión de las infraestructuras medievales en Asia, sino que también nos invita a reconsiderar las funciones de las murallas en la historia. Más allá de ser simples barreras defensivas, estas estructuras podían desempeñar diferentes roles en la administración, el comercio y la vida cotidiana de las comunidades que las construyeron y habitaron.