Una tumba de hace 1.000 años nos cuenta una historia de lealtad eterna entre una dama vikinga y el perro que la acompañó al más allá

Un enterramiento sin precedentes que abre una nueva ventana al pasado del norte de Noruega

Una tumba de hace 1.000 años nos cuenta una historia de lealtad eterna entre una dama vikinga y el perro que la acompañó al más allá
Imagen de la embarcación vikinga aún enterrada en el norte de Noruega
Publicado en Ciencia

Lo que comenzó como un pasatiempo con detectores de metales en un campo de la isla de Senja, en el norte de Noruega, se ha convertido en un descubrimiento arqueológico de gran magnitud. Arqueólogos del Museo Universitario del Ártico de Noruega han desenterrado un barco de la era vikinga, datado entre los años 900 y 950 d.C., que resultó ser una tumba con los restos de una mujer de alto estatus, acompañada en su último viaje por su pequeño perro.

Un entierro que desvela una historia de lealtad

Esta historia comienza en el año 2023, cuando dos aficionados locales, pertrechados con detectores de metales, encontraron dos broches ovalados de bronce y algunos huesos. Tras entregar las piezas al mencionado museo, la ley de patrimonio cultural entró en acción. Cuando el propietario del terreno solicitó un permiso para ampliar su garaje, cercano al lugar del hallazgo, se determinó que la construcción podría dañar un yacimiento de valor incalculable. Esto desencadenó una excavación oficial en mayo de 2025, financiada por el estado para preservar este increíble descubrimiento.

Para sorpresa del equipo de arqueólogos, liderado por la Anja Roth Niemi, esta no era una tumba común, sino que se encontraron de bruces con un enterramiento en lo que se conoce como barco cosido, un tipo de barco de madera en el que las tracas del casco se han unido atándolas con cuerdas y costillas de refuerzo. Este es, por cierto, el primer barco de este tipo descubierto en la isla de Senja. La propia arqueóloga aseguraba:

En las últimas décadas, se han encontrado varias vasijas de este tipo en tumbas de la Edad de Hierro de la región. Los avances en las técnicas de excavación probablemente hayan contribuido a este aumento. ¿Quizás las embarcaciones cosidas eran tan comunes como los barcos a solape en muchas partes del norte de Noruega?

Imagen del lugar en la isla de Senja donde se ha encontrado la embarcación vikinga

Imagen del lugar en la isla de Senja donde se ha encontrado la embarcación vikinga

El barco medía unos 5,4 metros de longitud y, aunque estaba muy deteriorado, sus contornos eran visibles en el subsuelo. Curiosamente, la embarcación no estaba unida por los remaches típicos de hierro, sino que estaba ensamblado con clavijas de madera y fibras, que podían ser de raíces o de tendones de animales. Anja explica que esos barcos "eran, hasta hace unos años, muy raros en el norte de Noruega".

Respecto a los ocupantes del navío, los investigadores señalan que la mujer fue enterrada en el centro de la embarcación. Se ha podido comprobar que, aunque el esqueleto estaba mal conservado, los artefactos que la rodeaban cuentan su historia. Junto a los broches ovalados, se encontraron una hoz de hierro y una piedra de afilar, que apuntan a la agricultura, y un huso y una posible espada hecha de hueso de ballena, señalando la producción textil.

Estos son los restos del perro enterrado junto a la mujer vikinga

Estos son los restos del perro enterrado junto a la mujer vikinga

La arqueóloga responsable del yacimiento afirma que "las herramientas textiles en las tumbas de mujeres a menudo se consideran un indicador de que el individuo enterrado tenía un estatus alto". En la Edad del Hierro Tardía, la señora de la casa supervisaba la producción de textiles, un trabajo crucial no solo para la ropa, sino también para las velas de los barcos. Es por ello que su enterramiento en un barco, y los artefactos hallados, nos indica que era una mujer importante en su comunidad.

Sin embargo, no estaba sola. A sus pies se encontró el esqueleto completo de un perro pequeño, cuidadosamente colocado. A diferencia de los caballos, que a menudo se encuentran en partes como sacrificios, los perros solían ser enterrados enteros, lo que sugiere una estrecha relación con sus dueños. Anja Roth Niemi deja claro que "los perros y los humanos tenían una relación cercana y apreciada incluso hace más de mil años".

Por el momento, los restos han sido trasladados a un laboratorio para su limpieza y estudio detallado. Los análisis revelarán la edad, dieta y salud de la mujer, además de las características del perro. Esto nos ofrecerá una ventana única a la sociedad vikinga de Senja, incorporando, tal y como dice Isa Trøim, de la Dirección de Patrimonio Cultural, "un conocimiento valioso sobre las prácticas funerarias y las personas y animales que vivieron en esta zona durante la era vikinga".

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