OpenAI carga contra Elon Musk de la forma más contundente y le acusa de querer ser "el dictador de la IA"
Elon Musk, el polémico ingeniero multimillonario dueño de X está en una guerra con OpenAI. El equipo de dirección de la famosa empresa de IA está litigando con el ahora ayudante de Trump

La compañía de inteligencia artificial OpenAI ha presentado una demanda contra el multimillonario ingeniero dueño de Tesla y X, Elon Musk. El equipo directivo de OpenAI acusa a Musk de intentar comprar su empresa de forma fraudulenta para coartar las posibilidades de inversión futuras. De acuerdo con OpenAI, el intento de adquisición se basó en paralelo a un montaje para asustar a los inversores. Así mismo, desde OpenAI ha acusado a Musk de “dictador de la AGI” (inteligencia artificial general). En definitiva, las cosas se están poniendo serias.
La oferta lanzada por Elon Musk fue de casi 100.000 millones de dólares, en concreto de 97.375 millones, pero de acuerdo con la información facilitada por OpenAI era una cifra totalmente inventada sin fundamentos reales que la sostuvieran. Es más, desde la empresa se ha alegado algo más, que siendo Musk nos cuadra, que la cifra era en realidad una referencia humorística a la novela favorita de ciencia ficción del dueño de Tesla: Look to Windward.
Además, OpenAI expuso que uno de los inversionistas que apoyaban a Musk, Ron Baron, se mostró confundido en una entrevista y admitió que el propósito real del trato no era comprar activos, sino obtener acceso a información interna de la empresa.
Elon Musk y OpenAI están en guerra por el futuro de la inteligencia artificial
En la denuncia interpuesta por OpenAI se han señalado más cosas aparte de la cifra de compra sugerida por Musk. Entre ellos se encuentra que en realidad el simple rumor de adquisición por parte del ayudante de Trump buscaba alejar a los inversionistas y dañar la reputación de la empresa. Así se ha subrayado en un artículo bastante concienzudo de ars technica. También señalaron que Grok, el chatbot de xAI, ha sido fuente de desinformación, incluyendo respuestas extremas como sugerir la pena de muerte para figuras públicas.
Aunque es verdad que OpenAI rechazó la oferta hecha, la misma derivó en problemas como los costos de evaluarla, el daño reputacional y el aumento artificial del valor del mercado. Lo que acabó perjudicando a la empresa. Por eso mismo, y como se subraya en la denuncia, se quiere (y se pide) que se impida a Elon Musk continuar con estas prácticas desleales.
En conclusión, OpenAI y Elon Musk están en guerra por el futuro de la inteligencia artificial. El ahora también ayudante de Donald Trump ha hecho y deshecho a su antojo en los últimos meses recortando presupuestos y puestos de trabajo entre los funcionarios. A esto se une la carrera por ver quien consigue la IA más inteligente para poder llegar a esa inteligencia artificial general cuánto antes.