20 minutos en un Model 3: mi breve experiencia con el superventas de Tesla
Con menos de media hora de conducción, se empiezan a apreciar las bondades de un coche que impacta desde el primer minuto.

Quedas avisado o avisada que aquí no vas a encontrar ningún análisis exhaustivo de un coche que ha sido mostrado en cientos de medios de comunicación y que no necesita de más publicidad. Lo que pretendo con estas líneas es que conozcas las primeras impresiones a la hora, no sólo de montarme por primera vez en un coche eléctrico, sino en uno de la compañía de Elon Musk. Si quieres saber para cuánto dan 20 minutos a bordo de un Model 3, sube que te doy un paseo virtual.
Lanzado a la movilidad eléctrica en un Tesla Model 3
Subirse por primera vez a un Tesla, acostumbrado a manejar un Renault Captur, es mucho más impresionante de lo que uno puede imaginar. Lo primero que llama la atención cuando estás al volante del Model 3 es el minimalista salpicadero, que para mi gusto resulta perfecto para centrarse en la conducción. Eso sí, creo firmemente que 20 minutos no bastan para hacerse con el control digital del coche, que se encuentra centralizado en su pantalla.
Adaptar el volante y el asiento a gusto del conductor es tan sencillo como pulsar un par de botones en la pantalla y deslizar el controlador del volante. A partir de aquí, ya puedes prepararte para la primera aceleración. Te aviso por si vas a vivir una experiencia similar próximamente: utiliza el acelerador de manera suave y disminuye la velocidad levantando el pie poco a poco. De lo contrario, te encontrarás con un frenazo que pondrá a prueba tus cervicales. Las mías saben de lo que hablo.
Más allá de esta primera curiosidad, la puesta en marcha del coche es coser y cantar. Saber utilizar la palanca lateral para introducir el cambio oportuno es tan simple como hacer un gesto hacia arriba o hacia abajo. El volante tiene un recorrido correcto y una resistencia lo suficientemente estable como para sentirte seguro en cualquier situación. Sin embargo, por defecto profesional, tuve que aparcar el coche para interactuar con la pantalla central.




















Tal y como puedes ver en la galería que te mostramos sobre estas líneas, cualquier Model 3 se manera de manera casi exclusiva pulsado en la pantalla táctil de 15 pulgadas, que, por cierto, es un imán para las huellas dactilares. Dado que únicamente tuve 20 minutos para disfrutar del coche eléctrico norteamericano, te contaré alguna de las funciones más interesantes que pude descubrir, empezando por el navegador, que es tan fluido como el de cualquier teléfono móvil y que puede ser configurado para transportarte directamente a Marte.
La interfaz es clara y concisa, aunque algunas veces presenta demasiada información que puede llegar a distraer. Imagino que en el momento en que uno se acostumbra esto no es un problema. No necesitarás Android Auto o CarPlay para interactuar con el teléfono móvil, que, por cierto, puede ser cargado de manera inalámbrica. La potencia del doble cargador no está nada mal, con casi un 10% de batería aumentada en algo más de 15 minutos. La integración con Spotify, la radio o los menús del vehículo son fáciles de utilizar y de configurar.
@ryanjaycowan 12 minutes well spent !! 😌 (what to do when charging your car) 🙌#evcharging #teslamodel3 #teslacharging #supercharging ♬ original sound - Ryan’s Model Y
Como punto final, que me resultó muy sorprendente, me gustaría destacar la cantidad de opciones que el coche proporciona cuando estás parado. No sólo puedes escuchar la radio o tu podcast favorito, sino que, por ejemplo, puedes disfrutar de cualquier página web, de servicios de streaming como YouTube o Netflix, de videojuegos de renombre como Cuphead o de divertidas actividades como establecer una chimenea en la pantalla o dibujar en la misma.
La experiencia fue de tan sólo 20 minutos, en el espectacular Parador de Argómaniz en la provincia de Álava, pero como primera toma de contacto con un vehículo eléctrico y un Tesla, ésta no pudo ser más satisfactoria. Por cierto, desde aquí dar las gracias a la compañía por las facilidades dadas en el evento, cuidando hasta en más mínimo detalle. Una actividad, sin duda, para repetir.